15 de diciembre de 2009

MICROS


Pasó toda la vida cambiando de cuchillo, uno mejor, más caro, más afilado, hasta que se dio cuenta de que le hubiera bastado comprar carne más tierna.

5 comentarios:

ralero dijo...

Ocurre que en la carnicería de la vida no siempre se pueden elegir carne y cuchillo.

Abrazos.

Señorita Hormiga dijo...

Y también más vale maña que fuerza...

Milena dijo...

Jesús qué testaduro.... alo mejor es que era vegetariano y se empeñaba aba aba

Chaíto

Jésvel dijo...

Bueno... al menos al final... se dio cuenta...

Víctor dijo...

Muy buen micro, y mejor reflexión. Llego aquí a través de un comentario tuyo, no sé dónde. Da igual, poco importa. Me iré pasando.

Un saludo.