10 de diciembre de 2009

MAGIA NEGRA

¿Hay algo más incomprensible que la informática? El ordenador es un poderoso artilugio de apenas medio kilo que nos facilita la vida a la misma velocidad que nos puede "matar". Su magia puede ser negra o blanca, según como salgan las cosas. Mi pareja ha estado medio mes prácticamente pegada al ordenador, día y noche, trabajando en un proyecto que culminaba ayer, cuando debía enviar el documento word por email a una cuenta argentina. Durante días ha tecleado, leído, subrayado, escrito, como una loca, mientras el mundo a su alrededor seguía en marcha. Ayer esperaba, dormitando en el sofá, las mágicas palabras "ya está enviado". En lugar de eso, al filo de las doce, sonó la alarma. Voz entrecortada, nerviosa, diría que hasta asustada. No está. ¿Cómo que no está? Lo que te digo, que el documento que tengo que enviar no está. Me levanté suficiente y algo contrariado, me gusta que la gente se esfuerce un poco antes de pedir ayuda e intuía que aquello era algo tan siempre como ratón derecha...Pero ¿no estabas escribiendo en él? Sí, pero ha dado un error y ahora no lo encuentro. Eso no es posible. Tomo las teclas y confirmo sus increíbles sospechas. El documento, que estaba en un lápiz, ya no aparecía. Busqué en el histórico de word, clico en el nombre del documento (el último utilizado) y me dice que la ruta no es correcta. Cambio el lápiz de ordenador, y lo mismo, que no aparece. Ahí comienzan los temblores, los llantos, las lamentaciones y mi pregunta clave: ¿no has hecho una copia de seguridad? No. Lo dijo casi susurrando, entre sollozos, consciente en ese instante del fatal error. En ese momento comienza una crisis que me río yo de la transición española. Busqué en todos los rincones del ordenador, carpeta de reciclaje, elemento eliminados, en todos y cada uno de los rincones del dichoso artilugio y el documento no aparecía. Se había volatilizado en un broma macabra del XP. No me quedaba otra que rezar a San Google de Los Foros, tecleé mi plegaria muerto de miedo: documento de word desaparecido. Varías ideas que ya había barajado sin éxito, algunas nuevas sin suerte hasta que leo "buscar documentos ocultos". Tengo la intuición de que esta era la buena, entro en opciones de carpeta, un pequeño clic, vuelvo a entrar en el lápiz y ahí hay un documento con nombre raro medio en sombra. Lo abro ¡¡ sí !! es un documento de word y ¡¡¡ sí !!! es el que se había perdido. La magia negra se tornó blanca San Google mediante. Superamos la crisis, enviamos el documento y nos deshicimos de tanta tensión bajo las sábanas, como no podía ser de otro modo.
He aprendido varias cosas que quiero compartir con vosotros:
1.- Por la madre que os trajo al mundo ¡¡¡ haced copias de seguridad en medios alternativos (discos externos, duros, blandos, pen, pin, pan, pum...) de las cosas importantes !!!
2.- No perdáis la calma, casi todo tiene solución, y lo que no tiene solución se alimenta de vuestra histeria.
3.- Recurrid a google a las primeras de cambio. No eres el inventor de los problemas informáticos, tus maldiciones son repetidas.
4.- Cuando un documento no aparece buscad en panel de control, opciones de carpeta, clicar en la pestañita de documentos ocultos, y volved a buscar, puede que ahí lo tengáis.

5 comentarios:

Pedro dijo...

Otra opción es escribir directamente en el docs de google, que lo va salvando.

Larrey dijo...

No, si copia había guardada, de hecho se ha trabajado en varios ordenadores (de ahí que vaya en un pen drive) el problema ha sido que previo al envío definitivo word ha generado un error que ha eliminado la copia existente creando una especie de documento sin indentificar y oculto en la misma carpeta, que yo era incapaz de encontrar.

Elena dijo...

¡¡que suerte Inma contar con un chico que sepa abrir las tripas al ordenador y encontrar lo perdido....!!

...claro, luego todo tiene su recompensa, je,je...¡¡como dios manda!!

Jésvel dijo...

¡Viva San Google!

Sí, casi todo (si no todo) tiene solución, afortunadamente, pero, antes de darte cuenta... ¡la adrenalina que uno suelta!

visitante ocasionalísimo dijo...

Gracias, Larrey. Me has sido de enorme ayuda. Dios te bendiga.