Papa Noel ha sido incapaz de encontrarla. Y le hemos ayudado todos, madres, padres, tíos, abuelos. Imposible, ni el gordo barbudo laponés ni toda nuetra prole ha sido capaz de encontrar la dichosa cueva ¿es que a todos los niños de Madrid se les ha ocurrido pedir la cuevecita de las narices? Hemos dado las gracias a Papá Noel que ha tenido el detalle de traer otros regalos igual de esperados. Pero ahora vamos a escribirle a los Reyes Magos, y vamos a necesitar de toda su magia, porque los niños no son tontos y no es lo mismo, como diría Alejandro Sanz, la cueva de spiderman que la de Batman, que no, que no, que será igual de bonita, igual de divertida, pero no es la Baticueva. Baticueva, Baticueva, todavía tengo sudores fríos, creo que esta noche voy a tener el típico sueño ese en el que caes y caes, y caes y nunca llegas al suelo. Pero yo estiraré la mano y no llegaré, y no llegaré, y la puta baticueva descojonada de risa. Reyes ¿sois magos? pues traednos la cuevecita, por lo que más queráis, prometo dejaros unas copas del mejor licor que tenga.
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