(Ya)No me gusta hablar de política. Sabéis de sobra mi opinión. Lo he dicho casi todo y desde que la derecha más rancia de este país está al relentí, las ganas me invaden menos.
Pero hoy me salto esta rutina para hablar de nuestro querido Güemes y los liberados sindicales. Tengo un batiburrillo de ideas en la cabeza que no sé si seré capaz de plasmar. No tengo especial respeto por los sindicalistas. Cuando los necesité, se pusieron de otro lado. Ya sabéis, que un desconocido te haga daño te jode, pero cuando te lo hace la familia, duele más. Pero de ahí a sacar un video en el que se les identifica en una manifestación o protesta. Esa actitud chulesca y ese tipo de medidas, esconden lo que políticos como este, por muy modernos y sexys que se nos presenten, llevan por dentro: un dictador. El dictador piensa que los demás están por debajo de él. No, mejor, que él está por encima de todos. Y si alguno levanta la cabeza, no solo se la baja sino que se ofende, pero ¿este mierdecilla está levantando la cabeza?. Mafiosa respuesta, ¿es que no sabes quien soy?. Decir que con el salario de los liberados se podría hacer un hospital asusta. Preocupa. No sabía yo que fueran tan baratos. Se me ocurre que con el presupuesto de La Casa Real se podría solucionar el problema sanitario de este país, y poner hospitales como gasolineras, ¡ a ese precio !. Si son tan baratos, señor Güemes, ¿cómo es que no hacemos más?. Sería una solución ¿no?, y no tanto privado. Que la gente dice, ¿pero pagas? entonces no será privado. Bueno, yo me callo, hablaremos dentro de unos años de como funciona un hospital de dinero publico y gestión privada. ¿Os suenan los colegios concertados?. Ahora tenemos hospitales concertado.
A todo esto mi buena amiga Ana dio a luz esta semana a su segundo hijo, y lo hizo después de un embarazo doloroso con dos hernias. En el parto hubo una última sorpresa, una huelga encubierta de anestesistas, dio a luz a "pelo" con los mayores dolores que uno puede imaginar (y siendo hombre tenemos que hacer un ejercicio imaginativo agotador). Estoy con las huelgas, siempre lo he estado, pero hay que poner un límite, y Güemes no se ha enterado, mi amiga sí. Ayer, por ejemplo, hubo pacientes que protestaron por sentirse desatendidos mientras los trabajadores "atendían" a Güemes en el clínico. Lógico. Si mi hijo estuviera con dolores esperando en urgencias a un médico que está pitando a un político no sé si controlaría mis impulsos de llevarlo a urgencias del pito, y no expecifio de cual de ellos.
Pero hoy me salto esta rutina para hablar de nuestro querido Güemes y los liberados sindicales. Tengo un batiburrillo de ideas en la cabeza que no sé si seré capaz de plasmar. No tengo especial respeto por los sindicalistas. Cuando los necesité, se pusieron de otro lado. Ya sabéis, que un desconocido te haga daño te jode, pero cuando te lo hace la familia, duele más. Pero de ahí a sacar un video en el que se les identifica en una manifestación o protesta. Esa actitud chulesca y ese tipo de medidas, esconden lo que políticos como este, por muy modernos y sexys que se nos presenten, llevan por dentro: un dictador. El dictador piensa que los demás están por debajo de él. No, mejor, que él está por encima de todos. Y si alguno levanta la cabeza, no solo se la baja sino que se ofende, pero ¿este mierdecilla está levantando la cabeza?. Mafiosa respuesta, ¿es que no sabes quien soy?. Decir que con el salario de los liberados se podría hacer un hospital asusta. Preocupa. No sabía yo que fueran tan baratos. Se me ocurre que con el presupuesto de La Casa Real se podría solucionar el problema sanitario de este país, y poner hospitales como gasolineras, ¡ a ese precio !. Si son tan baratos, señor Güemes, ¿cómo es que no hacemos más?. Sería una solución ¿no?, y no tanto privado. Que la gente dice, ¿pero pagas? entonces no será privado. Bueno, yo me callo, hablaremos dentro de unos años de como funciona un hospital de dinero publico y gestión privada. ¿Os suenan los colegios concertados?. Ahora tenemos hospitales concertado.
A todo esto mi buena amiga Ana dio a luz esta semana a su segundo hijo, y lo hizo después de un embarazo doloroso con dos hernias. En el parto hubo una última sorpresa, una huelga encubierta de anestesistas, dio a luz a "pelo" con los mayores dolores que uno puede imaginar (y siendo hombre tenemos que hacer un ejercicio imaginativo agotador). Estoy con las huelgas, siempre lo he estado, pero hay que poner un límite, y Güemes no se ha enterado, mi amiga sí. Ayer, por ejemplo, hubo pacientes que protestaron por sentirse desatendidos mientras los trabajadores "atendían" a Güemes en el clínico. Lógico. Si mi hijo estuviera con dolores esperando en urgencias a un médico que está pitando a un político no sé si controlaría mis impulsos de llevarlo a urgencias del pito, y no expecifio de cual de ellos.
2 comentarios:
Es indignante esa chulería que desprenden, este individuo y la espe ante la grandes pitadas con las que les reciben en los hospitales,y es que es normal.
Lo siento por tu amiga Ana, que la pillara el parto en todo este embrollo, a una amiga mía también le pasó y no fue por huelga, simplemente es que no había mas que uno y estaba operando, así que también la tocó a pelo hace 2 años.
Lo ed Madrid es simplemente vergonzoso...pero bueno, la lideresa es como es y con su mayoría absoluta piensa que nos puede hacer cualquier cosa
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