27 de octubre de 2008

EL TAMAÑO DE LAS COSAS

La memoria es capaz de distorsionarlo todo, y el tamaño de las cosas no se escapa a ese juego de espejos. La primera vez que me di cuenta de ello fue cuando acudí a votar al mismo colegio en el que había estudiado toda la EGB. Habían pasado cuatro o cinco años desde que lo abandonara y no había vuelto a pisar sus pasillos y menos sus aulas. Recordaba un espacio gigante, un patio descomunal que invitaba a la aventura y a las carreras, lleno de rincones, enormes techos, inmensas escaleras, aulas inacabables, ventanales de dimensiones descomunales por los que viajaba mi imaginación en aburridas tardes de estudio. Cuando me reencontré con él papeleta en mano me pareció viejo, y pequeño, como si con el tiempo se hubiera arrugado cuan anciano agotado. Me sentí traicionado, como si hubiera estado idolatrando un espacio inmerecidamente. Y lo mismo me pasó con el instituto, pareció arrugarse con el tiempo, incluso infantilizarse. Estas cosas me han pasado con el parque que acunó mi infancia, la acequia o el cine de mi pueblo. Y también me ha ocurrido con las personas, concretamente con la edad de las personas. Recuerdo que de niño un tipo de veinticinco era un tío mayor y ahora me parecen pipiolines los que salen de la facultad y se acercan a su primer puesto de trabajo. Cuando empezamos a salir a las discotecas como si fuéramos leones y las niñas gacelas una mujer (sí, digo mujer con toda intención) de 18 años era poco menos que la protagonista de El Graduado. Y algunas, he de reconocerlo, en lo que ha sexo se refiere, no es que no se hubieran graduado, sino que no habían aprobado la EGB, y en cambio, compañeras de clase parecieran universitarias en batallas del cuerpo a cuerpo.
Este juego de espejos de la memoria siempre va a favor del tiempo, pero es la nostalgia la que ayuda al espejo para lo que otrora fue grande y dejó de serlo vuelva a su tamaño original y a su grandeza cuando no es la vista, sino la memoria, la que te lo trae de nuevo.

4 comentarios:

Elena dijo...

¡qué razón tienes!...

mi hermana mayor, me saca 9 años y aún recuerdo verla siempre MAYOR, Yo con 9 y ella con 18 ya la veía mayor. Cuando yo tenía 18 decirme "pues no soy tan mayor, mayor es ella com 27", llegar a 27 y decirme "pues no soy tan mayor, mayor es ella con 36", ....y ahora que yo tengo 36 me veo "super joven" je,je... y a ella ya dejé de verla mayor.

Un beso.

Anónimo dijo...

Es cierto, la memoria magnifica las cosas.
Escribo esto sabiendo que no lo veré publicado, llevo dias sin poder dejar coments en tu blog, snif, no se por qué...
Un abrazo Larrey

es la cuarta vez que intento dejar el coment hoy, me dice que la URL tiene caracteres no permitidos...jajajajaja,pero si siempre he comentado con este nick, bueno intento como anónimo y dejo aqui mi nick
CARPE-DIEM

Anónimo dijo...

yupiiiiiiiiiiiiii!!!! al finál lo conseguíiiiii, jajajajja.
Has visto? no entiendo que si pongo
CARPE-DIEM no sale, dice que el nombre tiene caracteres no permitidos,
Bueno, cosas de la red...
Un saludo
CARPE-DIEM

Larrey dijo...

Espera, ahora escribo, es que estoy llamando a la NASA para que solucione lo de tus comentarios...si hace falta...¿será posible?. No tengo ni idea de lo que puede ser, pero hazlos anónimos, cantarines, sonoros o lo que quieras pero ¡ hazlos !.