30 de octubre de 2008

¿ME DA HORA?


Ayer llegué a casa del trabajo como un yonki. Con tiritonas y cara de muerto. El termómetro no mentía. Así que a las ocho de la noche estaba con treinta y nueve y medio en la cama. Que nunca he sabido bien si ese medio tenía una pierna dentro y la otra fuera. Había que llamar al médico, lo lógico es que la cosa en la noche no mejorara. No es más que fiebre, mucha, pero fiebre, paciencia y frío. Pero la fiebre es una respuesta a una agresión, así que, pensé, un médico me ayudará a identificarla y acabar con ella. Cuando era joven tenía fe absoluta en mi sistema inmunológico, jamás me medicaba, pero con la edad los medicamentos y yo nos hemos empezado a hacer más amigos. Tres intentos. Hora para el doctor tal, ¡ para el lunes !. Era miércoles a las siete de la tarde y me estaban dado hora para el lunes. Es decir, o mi cuerpo ganaba la batalla y no era necesario que fuera o mi viuda tendría que comunicarles a los del centro de salud que por causas de fuerza mayor ya no necesitaría ir. Me dieron ganas de llamar a Esperancita para que me lo explicara, ya que según ella tenemos la mejor sanidad del mundo. A lo mejor cuando lo privaticen la cosa funciona mejor. Es la fiebre, amigos, es la fiebre...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mejórate!

Larrey dijo...

al Cesar lo que es del Cesar
Por insistencia de mi pareja hemos ido sin hora y al final me han atendido, anginas, tres días de baja y muchos mimos...

Elena dijo...

¡¡ cuidate !! y lo más importante....¡¡NO PEGUES EL VIRUS !!
Un beso.

Larrey dijo...

Uf, por suerte tengo entendido que las anginas no se pegan.