1 de octubre de 2008

DE TAL PALO

Me encanta hacer malabarismos con un balón. Fútbol, baloncesto, siempre me pareció entretenido y cuando eres chaval, los tiempos muertos de los entrenamientos siempre los dedicas a eso, a hacer el tonto con la pelota. Después, casi nada de eso sirve en un partido, cuando tienes a un bigardo de dos metros con la intención de que no la cueles olíendote el cogote. No voy a decir que le he dedicado pues mucho tiempo, pero sí alguno y aun así lo que hace este muchacho del que quiero hablaros me parece impresionante. Y del asombro a la tristeza va un paso. Porque esto lo hace un niño de apenas ocho años. Este es uno de los muchos videos que circulan por la red:
http://www.youtube.com/watch?v=Btt_gx1Yvao
Como dice mi amigo Dani, para poder conducir un coche previamente es necesario hacer un examen y aprobarlo, para ser padre basta con una polla. Esta crudeza me sirve para introducir mi reflexión: ¿cuantas horas habrá pasado entrenando este chaval para poder hacer este tipo de cosas con su corta edad?¿qué tipo de educación le está dando el padre?, si por casualidades de la vida tiene la más que probable mala suerte de no poder vivir del baloncesto (lesiones, falta de talento, de altura...) ¿será capaz de superar la frustración de haber enfocado su vida desde siempre en un mismo sentido en el que ahora le colocan una señal de prohibido?¿cómo habrán sido los entrenamientos?¿cómo lograba motivar a su hijo para que estuviera horas y horas sólo tocando unos balones de baloncesto en lugar de jugando con sus amigos?. Lo peor de todo es cuando le preguntan a él, que dice que todo lo hace por dinero. Patético. Y triste. Que los niños sean niños...¿No lo dice alguna canción?

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