12 de febrero de 2011


LA NIETA DEL BOTICARIO

De su pueblo, al que el fascismo
castigó con mano dura,
la nieta del boticario
es técnico de cultura.

Y, aunque se dice demócrata,
terca esgrime la censura
para soslayar los crímenes
de aquella atroz Dictadura.

Y es que el abuelo, en sus tiempos,
contribuyó sin mesura
a la barbarie del régimen
con pócimas de tortura.

Pero a pesar de su yerro,
que a nadie le quepa duda,
ha mejorado a su abuelo,
con creces la criatura:

al aceite de ricino
han dado paso las letras;
¡cuánto mejor la palabra
que aquellas crueles recetas!

Y a nadie extrañe que ansíe
de su herencia desmemoria,
¿a quién no avergonzaría
ser fruto de aquella escoria?

Mas el resto mantengamos
bien despierta la memoria,
sólo así quizás logremos
no se repita la Historia.

1 comentario:

SantiagoPabloRomero dijo...

El mejor abono
Para un campo sin cultivo
Recordar las historias reales
Para cuando nombren, el olvido.
Abrz. León.