11 de febrero de 2011

EL INSUMISO DEL HUMO

Hay un tipo, dueño de un Asador en Marbella, que ha dicho que por sus cojones en su local se puede fumar. Es decir, que por el peso de sus órganos genitales ha decidido incumplir una ley vigente y de obligado cumplimiento, como todas las leyes vigentes. Es un insumiso. Y sin entrar a valorar lo que la ley haya podido perjudicar a la hostelería (mucho habría que discutir sobre eso) me gustaría saber la opinión de este tipo sobre otra clase de insumisos. Los insumisos civiles que, por ejemplo, decidieron en su día no acudir al servicio militar obligatorio. No, aquellos eran unos vagos arrastrados, hippies y atipatriotas. Los insumisos de la propiedad privada inmobiliaria que ocupan casas. No, esos son unos piojosos maleantes. Los insumisos de la propiedad privada sin más que, por ejemplo, ven un coche en la calle y dicen, anda, me gusta, por mis cojones me lo llevo. O que entran en un bar, consideran un robo lo que el dueño del asador les cobra por las chuletas, y se van sin pagar. No, estos son ladrones, claro. Los insumisos fiscales que no declaran su actividad y por ejemplo, venden bebidas y comidas a bajo precio en la playa de, no sé, Marbella, frente a locales, no sé, como el asador Guadalmina. No, claro, estos son otros ladrones que se dedican a la competencia ilegal, porque él tiene que pagar impuestos y a la seguridad social.
Por la misma regla de tres a mí que Gallardón me cobre dos veces la basura me parece un atraco a impuesto armado, pero no me queda otra que pagar y cabrearme, mucho, y manifestarme, lo que puedo, o no pagar y atenerme a las consecuencias, que serán que en un par de años me embarguen la cuenta por el triple de lo que me hubiera costado. Me parece bien que la gente proteste, se organice y hasta intente derogar una ley, eso es la democracia, pero mientras tanto hay que cumplirla. Porque el concepto de legalidad vigente que tienen tipos como él se basa en yo acato la ley si me gusta, sino me la paso por el sudado arco del triunfo. Se me ocurre que todos los que están a favor de la ley podrían acudir en masa a ese local, consumir y salirse sin pagar. Porque claro, igual que una ley se acata si se está de acuerdo, según sus preceptos, yo pago si me parece justo ¿no? Insumisión consumista en el Asador Marbellí.

16 comentarios:

Larrey dijo...

vaya por delante que me parece genial que este tipo deje fumar en su local, yo no entraré ya jamás en un bar donde dejen fumar.

Dafne dijo...

si, si...se ha ido envalentonando y la broma le va a estar en 140.000 euros por lo mnoe si no ceja..pero ¿le dejara el orgullo bajarse del burro...?ahhhhhhhhhhh,si tiene el dinerito ,antes paga.

Besos!!!

Anónimo dijo...

No se puede cumplir una ley y ser insumiso de la misma. O haces la mili o eres insumiso (como fue mi caso) Una cosa es protestar por un impuesto que consideramos abusivo, otra, negarse a pagarlo.

Aceptar la insumisión de otros no implica necesariamente compartir sus intereses. Muchas veces incluso contrarios a los nuestros.

Anónimo dijo...

A lo mejor a pesar de lo injusto y dictatorial de la ley, sacada de la manga del "señor" zp con fines populistas, recaudatorios, de imagen y afan de distraccion del pueblo de otros temas mas importantes, y a pesar que como muchas otras le ha estallado en la cara; a este señor le resulta mas interesante pagar en su momento una multa por "cojones" (toma talante, dialogo, y democracia), y tener con que pagarla porque pese a todo su restaurante sigue y seguira lleno de gente que no es obligada a ir, sino que lo hace gustosa y voluntariamente. O seria mejor soportar los mismos gastos de infraestructura, sin pagar un impuesto absurdo y revolucionario, y tener el restaurante vacio como muchos otros de nuestro pais? Cada uno con su economia y en su casa es libre de sus actos y para mi no es criticable.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con "Anónimo".

Una cosa es que algo perjudique nuestros intereses y otra que cercene nuestra libertad. En este caso concreto creo que no hay lugar a la duda, una cosa es que a los no fumadores les interese que esta ley sea acatada con total sumisión, y otra, reconocer que es una nueva vuelta de tuerca contra las libertades individuales.

No acatar una ley que resta soberanía al individuo, aun cuando las acciones de tal individuo no entran en conflicto con la libertad de terceros o dañan gravemente los principios morales aceptados mayoritariamente por la sociedad donde se ejerzan, es, no solo lícito, sino plausible por lo deseable.

Lógicamente comparar insumisión con robo, salvajismo u otro tipo de atentado, es simplemente confundir el concepto.

Unknown dijo...

La verdad es que me es muy grato comprobar el nivel intelectual de los opinantes, independientemente de compartir o no opiniones.
Pero en mi artículo no realizo una comparación entre robar y no acatar la ley del tabaco, me pregunto que pensará quien es insumiso ante una ley con aquellos que también lo son con otras. Porque robar es no aceptar una ley, la del derecho a la propiedad privada. Porque el acto invidual puede ser digno y justo, pero implícitamente está legitimado en el único principio de "antes de acatar una ley voy a ver que me parece" Y ese no es un principio social. Así nos parecerá bien una insumisión cuando el insumiso no acate una ley que no nos gusta.
Y repito, entiendo que esta ley moleste a mucha gente. A mí no me parece lógico que en algunas carreteras la velocidad máx permitida sea 120 Km/h pero no me queda otra que acatarlo y no voy a 170 y cuando me multan digo que no pago porque me parece una ley injusta que atenta contra mi libertad individual al no permitirme decidir la velocidad a la que ir.

Unknown dijo...

Perdón, olvidé otra cosa Anónimo (II): todas las leyes restan soberanía al individuo

Anónimo dijo...

todas menos la del sentido comun, que es lo que todos deberiamos tener para poder actuar en consecuencia.

Anónimo dijo...

Una mayoría decide si contempla la pena de muerte como forma de castigo, si se circula más o menos rápido en las carreteras, si se pagan más o menos impuestos, su constitución política...

La merma de soberanía individual es un tributo necesario para vivir en una sociedad soberana. Ahora bien, que una sociedad tenga libertad para reglarse no significa que pueda imponer sus normas más allá de si misma; al individuo.
Traspasar la línea que separa la legitimidad democrática de la tiranía es algo bastante sencillo. Un pueblo puede decidir mayoritariamente no tener playas nudistas,(discutible desde luego) pero no que un individuo se bañe desnudo en su piscina.
La cuestión es si permitimos o no al gobierno de turno traspasar dicha frontera por el mero hecho de que sus decisiones estén en sintonía con nuestros intereses puntuales aunque no mermen lo más mínimo nuestra libertad.
En este caso, un fumador puede contemplar interesante una ley donde no se permita fumar en un bar, pero no puede pretender que tal ley sea para preservar sus derechos, y menos aún su libertad. Ese "no fumador" no es obligado a entrar en un bar donde se fuma, como tampoco a ir a un puticlub.

Mañana puede que decidan sea delito la comida basura, por aquello de lo insalubre y anti estética que resulta una sociedad obesa, o que no se vendan condones en las farmacias para promover la natalidad. Tenemos dos caminos, acatamos, incluso celebramos la medida en caso de compartir intereses, poniendo como ejemplo que al igual que no se puede circular a más de 120 o robar al vecino, "follar con condón" tampoco, o bien, somos insumisos o al menos solidarios con aquellos que lo son.

laMima dijo...

Pues yo desde el principio pienso que este tipo ha encontrado una excusa perfecta para cerrar un negocio que ya no está para muchas alegrías echándole la culpa a otro..:ppp
De todas formas el argumento de la libertad individual para no acatar esta ley creo que no vale: se trata de no dañar al prójimo en lugares PUBLICOS (es decir, el individuo puede bañarse desnudo en SU piscina, no en la playa PUBLICA). Así de simple. Me parece que todos estamos de acuerdo en que nuestra libertad individual termina donde empieza la del otro.
El que quiera fumar puede hacerlo tranquilamente....pero donde no dañe a los demás. Un local público deberá tener en cuenta que sus derechos no pueden invadir nocivamente a los demás. Esto lo sabemos todos.
Lo demás me parecen argumentos ... que no valen. "el no fumador no está obligado a ir a un bar donde se fuma", por favor.
Si tan preocupados están los fumadores por las cuentas de los hosteleros....¡que vayan al bar aunque no puedan fumar. Y salgan a la calle a darle al pitillo sin "olvidarse" de pagar (que de eso se quejan también los de los garitos)..
La "insumisión" de este tipo tiene unos matices que no veo yo muy claros.

Anónimo dijo...

Según "laMina" el tema es "así de simple" y por lo tanto no hay lugar a discusión, está zanjado, y la razón cae de su parte (¿por favor?...contundente y razonada refutación)

Tal vez fuese necesario no dar por hecho algunos conceptos que derivan de este tema, y que desde mi punto de vista son precisamente los que lo cargan de enorme complejidad.
Por ejemplo: "Lo público"...

Desde un enfoque liberal progresista (que evidentemente es el sistema que nos rige -al margen de que me/nos guste más o menos-) lo público es cuanto menos discutible mientras se le atribuya el sentido expresado por "lamina". Tal diferencia, es definitiva en este asunto, tanto, que podría llevarnos a confundir el sistema político-social que nos gobierna.

El criterio legal que determina "lo público" en nuestro sistema, es el reconocimiento de un servicio que por considerado necesario para el buen funcionamiento de la sociedad administrada, es ofertado y sostenido por el estado.
La categoría de "servicio público" en tanto actividad dirigida "al público" pero no contemplada como de utilidad determinante y necesaria, es aquella que aun siendo regulada y por lo tanto indefectiblemente sujeta a vigilancia administrativa, no es de uso "vital" y por tanto sujeta al libre albedrio del "público"
Así es: en un bar entras si quieres, nadie te obliga. Y si el dueño del bar lo cierra, el estado no correrá a poner uno.

Dicho esto, el tema aquí no es si el tipo de Marbella tiene razones ocultas para hacer lo que hace, o si a los fumadores les da pena que los hosteleros ganen más o menos dinero, no. Aquí se está tratando sobre la insumisión y hasta qué punto es admisible que el estado regule cada vez más aspectos de nuestras vidas en lo que a nuestras libertades individuales se refieren. No olvides, que (como ya dije en otro post) si confundimos libertad (a la que tú aludes) con intereses, estaremos entrando en un terreno muy peligroso en tanto estaremos dando la llave a nuestros gobernantes para mermar la soberanía del sujeto hasta convertirle en un ser totalmente desprovisto de la más mínima autonomía para dirigir su vida.

Ejemplo:

Yo pienso que la religión es algo alienante, por lo tanto, no debe ser sufragada con dinero público ni divulgada en los centros educativos (esto sería el equivalente a no fumar en los hospitales, medios de transporte etc.) pero lo que no puedo pretender es que alguien no pueda poner un bar "católico" donde se recitan pasajes bíblicos mientras los clientes se toman un Martini.
La diferencia entre mis intereses y mi libertad está muy clara. Lo mismo me da una sociedad que por ser mayoritariamente musulmana, no permite la existencia de iglesias católicas (o viceversa) que otra que por ser mayoritariamente no fumadora niega la posibilidad de que los que sí lo son puedan fumar en un bar. El principio es el mismo, y conduce al fascismo, que es precisamente donde la característica principal es la inexistencia de insumisos.
No creo que el tema sea tan simple como pretendes sentenciar.

laMima dijo...

Bueno, dale las vueltas que quieras.
Fumar no es inocuo; ni para quien lo hace ni para quien está a su lado. Afortunadamente que la peña vaya a misa los domingos, o que pongan un crucifijo en clase, no tiene mayor trascendencia así que no mezclemos las cosas.
Que el que fuma lo haga en un hospital, en la marquesina del autobús, o en una cafetería sí lo es para quien ha elegido no hacerlo.
Además, como ex-fumadora, tengo muy claro que hemos sido los propios fumadores quienes hemos provocado esto. ¿Como?, con falta de respeto a los demás. Demasiado tiempo pasando olímpicamente de lo que requiere el no fumador (banquetes de boda, comidas de empresa,..)
Un bar es un establecimiento abierto al público y sujeto a unas normas en temas de higiene, salubridad y seguridad que permite su actividad. (Todos deseamos que se efectúen esos controles ¿verdad?) bueno, pues que esté lleno de humo no es higiénico ni mucho menos saludable.
Entiendo la insumisión en algo que me afecte solo a mí pero, ¿en lo que daña a los demás?...no sé yo

Unknown dijo...

Interesante punto de vista: si están obligado a tener el baño y la cocina limpias, ¿por qué les molesta tanto que ahora les obliguen a tener también el aire?

Anónimo dijo...

No... la religión no tiene trascendencia, tan solo ha sido la coartada represiva más importante desde que el homo esta sobre la tierra.
Al menos para mí, desde luego tiene mucha más trascendencia (infinitamente más) lo que se cuece en el interior de un recinto religioso que en un bar de fumadores. Sí, digo fumadores, aquel sitio donde tal vez las leyes debieran obligar a poner un cartel gigantesco donde pudiese leerse: "EN ESTE LOCAL SE PERMITE FUMAR, POR LO TANTO, EL AMBIENTE DE ESTE SITIO PODRIA SER MORTAL PARA SU SALUD", en vez de prohibir la entrada a quien quiera matarse si le place.

Que sea el cliente quien decida donde entra. Edúquese a la ciudadanía para que de una vez por todas se haga mayor y consecuente, decidiendo lo que le conviene y haciéndose responsable de su vida (y su salud)

No puede ser que todo sea reglado hasta la asfixia. Repito, entrar en un hospital o centro de trabajo, no deja lugar a la elección, entrar a una u otra cafetería Sí. En este sentido, creo que sigue sin entender la diferencia entre "servicio público" y "actividad pública".

Como ya se dijo, la sociedad puede reglar mediante leyes, los usos y conductas implicadas en la interacción de los miembros de una sociedad. Esto es fundamentalmente una necesidad que surge para proteger al que pudiese verse damnificado involuntariamente por los actos de un tercero. Una vez más, entrar en una cafetería es un acto voluntario. Si alguien cree en cambio, que es una acción de primera necesidad, que solicite al estado la apertura de este tipo de establecimientos.

Sobre la salubridad, queda claro que hay mucho camino por andar. En un futuro, nadie debería de poder comerse una buena ración de patatas acompañando a una gran hamburguesa, beber potingues químicos, estar expuesto a ruidos, colores enervantes etc.
Es posible que la boina negra de Madrid esté ocasionada por los fumadores. Sin embargo, yo creo que por si acaso ya deberían emprenderse acciones de urgencia, prohibiendo el uso del transporte privado, limitando la potencia eléctrica en los hogares, el consumo de papel, de gas, de agua.

Si de lo que se trata aquí es de velar por la salud pública, los elementos citados tienen una nocividad de primera magnitud (cuando pasa el autobús a la altura de una marquesina, el ambiente que rodea la parada se poluciona con el equivalente pernicioso a 3 millones de cigarrillos) y aquí sí que yo no puedo decidir, puesto que ni aunque me fuese a la sabana podría librarme de los efectos, solo minimizarlos.

Sea pues esta sociedad alienada quien decida la legitimidad o no del insumiso, y hágalo sin contemplar el límite donde la ley trasciende lo colectivo para penetrar en la esencia misma de la libertad individual. Guíese por sus intereses y no por conceptos más elevados que al fin, esta sociedad no necesita.

Después, disfracen los gobernantes al insumiso de objetor para esconder al pueblo amaestrado que hay quien se atreve a desobedecer. Seguramente, los parados, las gentes sin hogar o sin futuro son hoy mucho más sanas, libres y felices que antes de que se fumase en los bares

Unknown dijo...

Estoy contigo en que la iglesia alecciona, tanto que si hubiera un estado laico y valiente de verdad no se debería permitir la entrada a menores en ningún recinto religioso. Pero en definitiva, quien acude a una iglesia lo hace para ser aleccionado. Pero yo entro en un bar para tomarme una cerveza, no para fumarme tu cigarro. Quizá ahí resida la diferencia. Y puede que todavía no regulen la comida basura, pero si elimentas a tu hijo de una forma deficiente (por exceso o por defecto) te puden quitar la custodia.
Interesante debate, sin duda. Quitando la demagogia final, apostillo, si me permites.

laMima dijo...

Hala hombre, no me manipules el argumento: pueden rezar treinta rosarios en mi oreja que seguiré siendo atea pero si se fuman treinta puros en mis narices el efecto no es el mismo. Me refiero a eso jolines. Además me parece que la comparación que haces no se sostiene, o igual si; la religión puede matar y el tabaco también. Ya hemos prohibido el tabaco, pues ahora a por el estado laico de verdad.
Yo, como dice El Trastero, no voy a un bar para fumarme el cigarro de nadie sino a tomarme un café o una caña tranquilamente con quien sea.
Desde luego que hay muchas, demasiadas, actividades cotidianas insalubres. Seguro que aplaudirías acciones para evitarlas...pues el humo del tabaco es una de ellas así que creo que también hay que poner énfasis en ponerle freno. ¿Quien decide finalmente lo que "sanitariamente" se puede consentir?, porque me hablas del olor del escape del autobús pero anda que lo que se te quedaba en la ropa y en el pelo después de una comida de trabajo...ni te cuento.
Te recuerdo que hasta hace poco se fumaba en hospitales, tiendas, autobuses, centros de trabajo, colegios....y han tenido que surgir esas leyes "fascistas" que tú dices para evitar que se siga haciendo , (¿acaso no estás de acuerdo con ellas?) porque desde luego no había fumador dispuesto a ceder su derecho.
(No vamos a hablar de esos que van fumando en el coche con sus hijos en la parte de atrás, o aquellos que con niños no dejan de fumar en casa. Niños libres).