¿Qué les pasa a los guionistas americanos? Este fin de semana vi Noche y Día, la última del Cruse y la Díaz. Que nadie se asuste, no es grave, estoy bien. Y la película hasta tiene su gracia. Un agente especial, de esos que matarían a un elefante escupiéndole una mosca que previamente ha cazado con unos palillos chinos y dentro de la boca le ha quitado las alas con la lengua sin dejar de sonreír, es perseguido por los malos malísimos que son los buenos cuando dejan de serlo, se cruza con una tonita (rubia, cachis) y tienen su lúdica aventura de explosiones y mamporros. Es una especie de mezcla garrafón entre Tarzán, Séis días y siete noches, El mito Bourne y Agarralo como puedas. El caso es que para darle un aire más consmopolita deciden meter otro malo, latino. Y como los cárteles colombianos están más pasados que la lambada, pues nada, un traficante de armas español, con lo típico que es eso: en España, ya se sabe, o quieres ser torero o traficante de armas, de toda la vida. Y como Heminway sigue haciendo mucho daño en el imaginario americano, pues a Patrick O´neill no se le ocurre otra cosa que sus protagonistas se las tengan con unos astados en los Sanfermines. Ya imagino la conversación, muy al estilo de El secleto de la tlompeta, entre guionista y Todd Garner, el productor. Pues nada, Todd, que tenemos que grabar en Pamplona. Claro, la primera pregunta sería ¿eso en que parte de Colombia está? Ah, que está en España, nada, yo tengo amigos por allí, pero ¿Pamplona?¿tú sabes lo que debe costar grabar ahí? además ¿qué nombre es este para un mafioso: Ander Garaikoternachoenea? nada, nada, Patrick, nos vamos a Sevilla, que tengo yo un amigo en el ayuntamiento que nos hace un precio, y me cambias el nombre y vas llamando a Bardém. Imagino que Javier diría que no y fueron para el siguiente: Jordi Mollá. Me hubiera gustado ver la cara del bueno de Jordi cuando recibiera el guión. Oiga, señor director, que es que los Sanfermines no son en Sevilla. Mi no entender, mi no entender, hablar con guionista, guionista culpa de todo. Para más desolación el pobre Jordi tiene, para mí, una de las escenas más patéticas de la historia del cine reciente: ese mafioso en su cortijo sevillano mirando por la ventana como la gente se prepara con sus ropas blancas y su pañuelo rojo y preguntándole a la pobre sollozante si alguna vez se ha tenido que enfrentar a un toro ¿Cuantas veces no tendrían que repetir la escena con el pobre Mollá descojonado? pero coño, que estamos en Sevilla ¿cuanto ansiolíticos o soles y sombras hubo de tomarse ese pobre muchacho para grabar la escena? porque es lo más parecido a que te den por culo sin perder la virginidad anal. Y luego la escena es bastante buena, está trabajada, hay intención y medios ¿tanto les costaba haberlo grabado en Pamplona, cojones? No es ignorancia, que eso es lo que me jode, es arrogancia. La de los de la capi cinematográfica con los pueblerinos del cine de provincias. Cansa.
3 de febrero de 2011
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3 comentarios:
Varias cosas.
Por un lado, ¡que suerte que fuiste al cine!, por otro, con lo que cuesta el cine pecunariamente y con lo que cuesta "colocar" a los niños...¿cómo se te ocurre ir a ver esta peli?
A la industria del cine norteamericana creo que le importa tres huevos el rigor de ninguna peli. Y Mollá, el hombre, pues que tendrá que pagar la hipoteca y la pela es la pela.
¿Cine?¿Cine?¿qué es eso? ah, sí, un sitio con butacas ¿no?¡¡¡ San Emule, amigo, San Emule. Si voy al cine a ver una de estas me corto los güevos al salir, por no habérmelos cortado al entrar.
No la he visto, no tengo opinión, pero es como aquella otra peli del ¿mismo actor? que está por valencia, fallas, petardos, ... y va y sale una procesión de semana santa allí mismo..¿eeeeyyyyy?, pues lo mismo ahora, toros y sevilla...Larrey, ponte a ello, lo mismo te sale un filme a tí que te cagas...bss
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