Cuando ha sonado la voz me he dicho ¿pero qué coño hace este tío en mi cama? He tardado en situarme y comprender que el tío medía veinte centímetros de ancho y diez de largo y tenía números digitales invitándome a levantarme. Lo he hecho atolondrado, vamos, sin las tolondras de otros días. Así que no he empezado con buen pie y sabía que el tono de mi post iba a ser pesimista. Así es la vida del bloggero. Tengo una pregunta: ¿por qué en esta rutina de gobiernos 4x4 que ponen la reductora nadie ha tocado (¿o me equivoco?) el presupuesto militar? La pregunta tiene chicha, y la respuesta las dosis de pesimismo propias del día: porque la guerra es un negocio. Me da que el mundo no lo mueven los gobiernos, ni la ONU, ni la OTAN ni Maily Circus, sino los tres jinetes de la evidencia: la debilidad humana, la enfermedad y la guerra. A saber: la prostitución y el tráfico de drogas, las multinacionales farmaceúticas y las productoras de armamento ¿Lo demás? democracias títeres y dictaduras rebeldes fronteras para dentro. Si pudiera me volvería a acostar, haber si así me levantaba con más tolondras.
9 de junio de 2010
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1 comentario:
(...) haber si así me levantaba con más tolondras.
Esta es una de las cuestiones que de cuando en cuando se me plantan en la cabeza...
haber si así?
a ver si así?
Ahí te la dejo. PAQUITA
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