29 de septiembre de 2009

MICROS


Su incapacidad para escuchar no venía de una falta de respeto, sino de una falta de tiempo, ya que el principio básico de escuchar al otro es callarse primero.


NOTA: todos conocemos a una persona así, ombligo del mundo incapaz de callarse y que utiliza a su interlocutor como la pared de un frontón en la que no deja de escucharse.

1 comentario:

ralero dijo...

Lo cual no deja de ser una falta de respeto.

Abrazos.