18 de febrero de 2010

S.S.P.F.

Seguro que os resulta familiar: un niño o un grupo de niños frente al televisor, o jugando a su juego favorito, o pintando o haciendo cualquier cosa divertida. La voz imperativa de adulto con cualquiera de las frases al uso: a poner la mesa, lavaros las manos, recoger los juguetes y ese largo etcétera. Lo lógico es la nula respuesta del pequeño. En cambio, sin variar lo más mínimo el tono y la distancia dices, por ejemplo, quien quiere chocolate y lo más probable es que la respuesta sea inmediata. Es lo que llamo sordera selectiva. El cerebro del pequeño dedica un gran porcentaje de su capacidad de atención (¡ qué envidia !) a la diversión, por lo tanto se filtran los estímulos en función de un único objetivo viable: la isla diversión. Ahora sé que me van a llover los mamporros por darle un giro sexista a este artículo, pero creo que la mujer adulta ha desarrollado una suerte de sordera selectiva inversa. Yo lo cuento y vosotros juzgáis. Es la sordera selectiva de la pareja femenina (SSPF). Tu pareja te hace una pregunta de la que ella no solo imagina una respuesta, sino que desea, con la capacidad coercitiva con la que una mujer puede desear algo. Tú respondes y esa respuesta, sin ser totalmente opuesta a la que esperaba, tampoco está a la altura. Ella no procesa. Fuera cual fuera tu respuesta archiva la que esperaba escuchar, porque no existía otra variable. Así un tiempo después tu respuesta desaparece del disco duro y lo único que existe convertido en realidad plausible, es la respuesta imaginada, la impostora. Dijeras lo que dijeras en el acta solo figura la que ella esperaba escuchar.
Aquí lo dejo, dispuesto a recibir cuantos golpes de igualdad estiméis oportunos.

2 comentarios:

ralero dijo...

Bueno, sin intención ninguna de arremeter, he de decir que pienso que no es algo exclusivo de mujeres sino extensible al conjunto de los seres humanos.

Abrazos.

Jésvel dijo...

Vale, es una respesta extensiva a todos los seres humanos con mayor propensión por parte de las féminas.