21 de mayo de 2009


Leyó que había muerto. Así decidió vivir como si realmente lo hubiera hecho. Lo más desconcertante es que no encontró ninguna diferencia.

1 comentario:

ralero dijo...

Aunque yo aún sobrevivo, este relato me ha recordado la mañana que me llamó muy asustada mi amiga maría porque casualmente se había topado en los periódicos con una esquela con mi nombre y dos apellidos. Y es que hay coincidencias...

Un abrazo.