12 de mayo de 2009

LA PÍLDORA PARA DESPUÉS


Tú lo que quieres es que me pille el tren...


Voy a dar mi opinión sobre lo que ha hecho el gobierno. Que como siempre será partidista y subjetiva a más no poder.

Me gusta.

Aquí podría terminar el artículo de hoy. Me gusta que una mujer (ella tiene el problema, aunque quien peregrina de madrugada en busca de una solución de emergencia suele ser una pareja, y asustada) tenga la posibilidad de acudir a una farmacia a que le den una pastilla que evite que el óvulo sea fecundado. Porque de eso se trata, que según la OMS (que son más listos que yo) la píldora inhivirá la ovulación y no provocará aborto. Pero los sectores conservadores la siguen viendo como un método abortivo, incluso el portavoz de Ginecólogos por el derecho a la vida teme que aumente la promiscuidad. Ahí le has dado. Con el goce hemos topado, que esto es un valle de lágrimas, no lo olvides, amiga cristiana. Pero hasta las cifras le quitan la razón a los retrógrados, pues la píldora no es un método anticonceptivo de repetición, sino de emergencia, y rara vez una mujer lo utiliza varias veces en la vida. Es cierto que al darse en la farmacia se pierde el asesoramiento médico, pero claro, ¿quien nos asegura que el médico no va a utilizar esa capacidad de asesorar (médicamente) para aleccionar (moralmente)? Quizá así las farmacias, como asegura la presidenta de la Federación de Planificación Familiar en España, fortalezcan el papel informativo. Pero claro, puedes encontrarte casos como la farmacia de mi barrio en el que se negaba a vender preservativos ¿Qué diría si aparece una quinceañera muerta de miedo pidiendo la píldora del día después?

El caso es que la píldora fue legalizada por el PP, ese mismo que ahora ve como una barbaridad su venta libre, y fue utilizada por más de 500.000 mujeres el año pasado. Mujeres que podrían haberse visto obligadas a abortar y aumentar esos más de 112.000 abortos, o incluso peor, ser madres contra su voluntad, condenando a su hijo a venir al mundo sin ser deseado.

Todas las quejas, todas las protestas, todos los cuestionamientos me recuerdan al chiste aquel del tipo que le dice qué harías si viniera un tren y estuvieras en la vía. A cada solución que le da el otro ofrece una pega, a lo que termina diciendo, ¡tu lo que quieres es que me pille el tren ! Pues eso pienso yo, que parece que quisieran que les pillara el tren.

Después de haber leído, escuchado, visto, sigo pensando lo mismo: me parece una buena idea ¿ Y a ti?

1 comentario:

Elena dijo...

Una vez la he tomado en mi vida, 18 años, muerta del susto rogándole a dios que la farmacéutica se apiadara de mi y me la diera....y se apiadó. No se si fue mi cara lo que la llevo a tal acción, pero le estoy infinitamente agradecida.

Bien, yo lo veo bien, porque como dices, eso no significa que se pongan otros medios antes, hablamos de fallos como roturas de preservativos (mi caso)o despistes varios.