Hemos vuelto todos ¿verdad? Eso es lo importante, que estemos todos de vuelta. Y que los que no lo estemos sea porque hemos encontrado la soledad, o a la Soledad, en este pequeño retiro semanasantero, y no nos merezca la pena volver. Que esa soledad sustantivo o esa Soledad nombre propio nos haya trastocado tanto nuestros cimientos que estemos ahora abriendo una nueva etapa en nuestras vidas. A los demás, los quiero a todos aquí, como cada retorno. A los de Soledad, les echaremos de menos, pero merecerá la pena, seguro.
Una vez pasada lista me gustaría dejaros una pequeña reflexión sobre esto de la vuelta a casa. Para nuestro hijo mayor, que suele encontrar en todos los lugares a los que va un cariño especial (se lo gana) y espacios inacabables para los juegos, volver no es fácil. Es el retorno a los horarios estrictos, los madrugones previos al cole, la rutina. Así que vamos buscándole la motivación con volver a ver a sus amiguitos del cole, los juguetes de casa, su habitación. Queremos que sienta la casa como un espacio suyo, acogedor y protegedor donde refugiarse de las inclemencias de la vida, que poco a poco le irán llegando. Para los adultos es algo similar. Es cierto que fuera, en las vacaciones, en la casa de verano, en el hotel, en el apartamento, en la casa del pueblo, en la de los amigos, están lo diferente, lo extraordinario. Pero en casa todo está en su sitio, es reconocible, afable, sencillo y esperable. La rutina nos ayuda a dormir, como a los niños. ¿Y sabéis lo que más echo de menos en las vacaciones? siempre, siempre, la cama. Mi enorme cama de colchón perfecto, que me conoce, que me acuna, que me acoge (menos tiempo del que me gustaría). Cada vuelta es la misma sensación, me meto en la cama, estiro las piernas sin encontrar su fin, me topo con las de mi pareja, maravillosa sorpresa, y suspiro, ummmm mi camita, como te he echado de menos.
Una vez pasada lista me gustaría dejaros una pequeña reflexión sobre esto de la vuelta a casa. Para nuestro hijo mayor, que suele encontrar en todos los lugares a los que va un cariño especial (se lo gana) y espacios inacabables para los juegos, volver no es fácil. Es el retorno a los horarios estrictos, los madrugones previos al cole, la rutina. Así que vamos buscándole la motivación con volver a ver a sus amiguitos del cole, los juguetes de casa, su habitación. Queremos que sienta la casa como un espacio suyo, acogedor y protegedor donde refugiarse de las inclemencias de la vida, que poco a poco le irán llegando. Para los adultos es algo similar. Es cierto que fuera, en las vacaciones, en la casa de verano, en el hotel, en el apartamento, en la casa del pueblo, en la de los amigos, están lo diferente, lo extraordinario. Pero en casa todo está en su sitio, es reconocible, afable, sencillo y esperable. La rutina nos ayuda a dormir, como a los niños. ¿Y sabéis lo que más echo de menos en las vacaciones? siempre, siempre, la cama. Mi enorme cama de colchón perfecto, que me conoce, que me acuna, que me acoge (menos tiempo del que me gustaría). Cada vuelta es la misma sensación, me meto en la cama, estiro las piernas sin encontrar su fin, me topo con las de mi pareja, maravillosa sorpresa, y suspiro, ummmm mi camita, como te he echado de menos.
5 comentarios:
Hola Larrey!
Ya he vuelto a mi cama!
si,si, muy cómoda y tal.
"La rutina nos ayuda a dormir
como a los niños"???
Bueno el que no se consuela es porque no quiere...jajaja.
Un abrazo de retorno.
Hola familia!!..lo de la cama y la almohada es creo, para casi todos, el chupete que dejamos en casa para dormir....me alegro que hayais descansado. Estamos en contacto. Un besazo.
Me alegra tu vuelta larrey...vuestra vuelta.Sabes cuando veo tanto éxodo en fechas señaladas,tanto abandono de la habitualidad a veces de manera tan desaforada...me pregunto ¿qué buscan?¿qué necesitan para ser felices?? ¿con cambiar unos días ya lo son?
En fin es un tema para pensar....
y así hasta la siguinte estampida.¡¡Qué cosas tiene nuestra sociedad!!
BESOS
Las razones son muchas, como salir de la rutina. Pero con los pueblos es otra cosa, es el reencuentro. Hay amigos a los que solo ves en estos éxodos, y merece la pena, la verdad.
Además, viajar es, en la mayoría de los casos, el primer antídoto contra la intolerancia. Siempre han dicho que los nacionalismos se curan viajando.
Es agradable volver a sentir tu cama... pero cuando suena el despertador el lunes...Como los niños me hubiera gustado tener solamente un día más.
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