4 de abril de 2009



CASINO
Me la juego a una carta,
De farol,
Contra el póquer de sombras que enarbola el vacío.
Ya no hay partida, está
Toda la suerte echada:
No me queda ni un as
Debajo de la manga
Y nunca se me dieron nada bien
Los juegos de baraja.
El glauco terciopelo del tapete,
Mugriento de tabaco y vino tinto,
Mudó el color ya a un huero
Son pardusco,
Análogo al silencio que escolta al turbio ocaso.
Se sabe que la casa
Nunca pierde;
Nada importan las ruinas
Si, extintas ya las osas
De los cielos,
Magnético en mi entorno me confundo
Atado a un Polo Norte sin destino.
Al fondo hacia la izquierda, en la ruleta,
El plomo y las entrañas se entrelazan,
Preñados de estallido y lava herida,
En tanto una madame, funesta y seria,
Me advierte que me vaya preparando,
Pues bien pronto –en limpiándose la sangre-,
Fatal,
Será mi turno.

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