Lo mató de un certero golpe. El filo entró como en la mantequilla, llenándolo todo de sangre. La víctima cayó derrotada, todavía con vida, sangrando por la boca. El la miraba y sonreía, satisfecho de su trabajo, no obstante era todo un profesional en el arte de matar. Fue en ese momento cuando los subalternos acudieron en su busca, su faena había sido perfecta, merecía salir a hombros de la Monumental.
19 de febrero de 2009
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6 comentarios:
Si la víctima echaba sangre por la boca es que la estocada no fue perfecta porque le atravesó los pulmones. La espada entraría hasta la empuñadura pero no por el hoyo de las agujas. Si la faena fue buena, en Madrid una oreja. En caso contrario saludos en el tercio y punto.
¡no entiendo las corridas de toros!... tampoco hago intención de entenderlas...no las veo,no puedo verlo.
Lo importante es entender de las otras, de esas cuantas más mejor.
de cuales????? ahh, ya, de aquellas..ja,ja,.. ahh, la de anoche...ja,ja,...que tocó, q ya está bien, ja,ja,ja...bss
Larrey...quien dijo corridas..ruego se me explique el concepto
Besos!!!
Pues lo que reza el dicho popular, que donde esté una buena corrida que se quite el fútbol...¡ y los toros !
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