Circula por ahí un correo en el que dan diversas explicaciones de las razones lógicas, morales, políticas y ecológicas por las que no procede la privatización del Canal de Isabel II; por mucho que Esperancita nos mienta diciendo que así será (al pasar a ser de sus accionista) una empresa de todos. Esta falacia es muy común en el mundo de la empresa, en la que se considera pública aquella que está en bolsa y es, por lo tanto, de sus accionistas. En fin. Volviendo a las mejores aguas públicas que este humilde escritor ha bebido en grifo alguno, los argumentos del correo son muchos, que las infraestructuras son de todos, incluso algunas son estatales y cedidas a su gestión municipal, los beneficios (habla de 76 millones de euros en el 2007) ya no ser revertirían en los ciudadanos de Madrid sino que se repartirían entre sus accionistas, la calidad del agua, que volvería a los ríos, podría estar en peligro pues la empresa privada no encontraría un beneficio directo en su correcta gestión...en definitiva, visto desde el punto de vista empresarial, es un negocio redondo, el bien (agua) es gratuito porque cae del cielo (que maravilla presupuestaria para una entidad lucrativa) y las infraestructuras está operativas ¿quién no querría un caramelo así? Las consecuencias pueden ser muchas, desde la subida de precios, hasta la bajada de la calidad en busca de la rentabilidad y la pérdida de un patrimonio de todos los madrileños. Pero ¿sabéis con qué me he quedado? ¿qué mensaje ha calado?: el consumo. ¿Qué empresa en su sano juicio va a recomendar el uso moderado, consecuente, ecológico a la postre, del producto que vende? ¿vamos a ver una campaña del CYII diciendo ahorra agua que ya no quiero enriquecerme más con tu dinero? Da que pensar...
18 de febrero de 2009
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1 comentario:
....sí, da que pensar... ¡a donde será capaz de llegar ésta tipa!
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