2 de febrero de 2009

EL LANGUI Y LOS GOYA

Terminó Cazadores de hombres, una serie que recomiendo, y al apagar el disco duro apareció la gala de los Goya. No opino sobre ella. El caso es que en ese preciso instante estaban otorgando el premio a la mejor banda sonora original y ahí estaba el candidato, El Langui, líder de La Excepción. Aunque solo fuera por chovinismo de barrio nos quedamos para ver si se lo daban a él. Y sí, a él se lo dieron, y lo celebramos como si de un gol en la Champions se tratara. Subió y como la gala no es en directo (imagino que el “no a la guerra” caló en la organización) el realizador nos evitó el engorroso trámite de ver como arrastraba su cuerpo de jota (Rellenito dixit) por las escaleras. Porque, para el que no lo conozca, el Langui no solo es un autor excepcional y diferente, sino que tiene una minusvalía bastante grave provocada por la polio. Al dedicar su premio no pudo evitar hacer un comentario al uso sobre este hecho, diciendo precisamente que no tenía pensado reivindicar nada, pero que bastaba lo que acababa de pasar con las escaleras. No sé que me parece más triste si que la organización, teniendo un candidato minusválido, ni se planteara adaptar las escalinatas lo más mínimo, o que el realizador eliminara toda imagen sobre el momento. Mi pareja, que por profesión es mucho más sensible a estos asuntos, dijo que su valentía y su saber estar hicieron en esos treinta segundos mucho más por la integración de las personas con minusvalía que muchos de los programas institucionales, y que ojala se hablara de ello hoy en los medios. Le anticipé que me daba la impresión de que pasarían de puntillas por ese detalle pero que yo, en mi humilde rincón, sí que hablaría. Y aquí estoy. Subió al escenario con él el otro ganador por la banda sonora, Santiago A.Zannou que en el único momento verdadero de la gala, dedicó el premio a su padre, un negro que se atrevió a venir sólo de África. Así que ahí estábamos, emocionados. El caso es que aguantamos hasta la siguiente nominación del de Panben y se lo volvieron a dar, y esta vez subió con su amigo del alma Huguito (“Huguito compañero”…) y volví a emocionarme. Ole tus cojones, Langui, que vas dando lecciones de vida por ahí, y sin cobrarlas. Repito, de la chascarrona, retrógrada, aburrida, insulsa e insultante gala prefiero no hablar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Espléndido y muy oportuno post. Sólo una precisión mínima. La discapacidad de El Langui, un héroe de los de verdad, no se debe a las secuelas de la poliomelitis sino por falta de oxígeno cuando nació. Lo ha contado él mismo.

Así es la vida y así es el cine

George Kaplan
(www.butacadepatio.blogspot.com)

Larrey dijo...

Gracias por la aclaración, eso nos toca todavía más la fibra, porque es el tipo de casos más comunes para mi pareja

Pedro dijo...

Un minusvalido hiphopero de Panbendito interpreta a un minusvalido hiphopero de Panbendito.
En fin, a priori, no me impresiona.
Cuando vea la peli, comento más.

Larrey dijo...

Ah, sí, es verdad, estaba allí por una película, se me había olvidado.

Pedro dijo...

Sí, en este caso el minusvalido estaba por haber participado en una película, y no de cuota.

Larrey dijo...

Ya lo sé hombre, pero mi artículo no se centra en absoluto por su calidad como actor, ni siquiera como músico