Creo que todos llevamos un Michael Knight en nuestro interior. Yo, al menos, soy un macarra frustrado. No sé si tendrá que ver mi pasado aluchense o mi presente carabanchelero, pero reconozco que me siento más identificado con Tony Mannero o el Vaquilla que con Snoopy. Estoy rebuscando los requiebros para explicar la idea. Porque no soy un macarra en ejercicio, creo que si algo me caracteriza es la educación, y los macarras no son conocidos por cederle el paso a las ancianas. Podría decirse que soy un macarra latente, o un macarra reprimido y cagón, al estilo de tirar la piedra y esconder la mano. Me sé miles de frases al uso de las que un macarra podría dar buena cuenta: ¿quieres que le haga un favor a tu dentista?¿no me estarás pidiendo que te haga un pijama de madera?¿llegaste tarde al reparto de cerebros y te dieron una esponja? Muchas son copiadas, otras de cosecha propia, pero si tienen algo en común es que raramente las uso. ¿Qué significa esto? que me reprimo. No tanto por miedo como por convicción, pero me descubro muchas veces desdoblando la realidad para que un hecho que me saca de quicio lo culmine mi yo macarra, el poco práctico, el que no se acuerda de que tiene hijos y no está convencido de que hay gente muy violenta por ahí. Y entonces me lo descubro en un atasco, corriendo para recoger un papel que alguien ha tirado por la ventanilla, dando golpecitos en el cristal, eh, tío, se te acaba de caer esto, a lo mejor era importante y no te has dado cuenta. O estampándole en la cabeza una bolsa de basura a alguien que acaba de dejarla en una esquina, en el suelo. O corriendo, insulto en boca, detrás de un coche que viéndome con el carro en un paso de cebra acelera en lugar de pararse. Acelerando en las salidas de la autopista para que el listo de turno tenga que esperar a la siguiente. ¿Sabéis una vez donde el macarra ganó la partida? es una cosa que hacía cuando era más joven, algunas veces llevaba en el coche el flash de la cámara, entonces cuando veía un coche de esos comeculos adelantarme a toda velocidad lanzaba un fogonazo. La verdad es que el macarra y yo nos reíamos de lo lindo al ver como pisaba el freno creyéndose cazado por la guardia civil. En fin, no descarto que un día de estos el macarra me pille despistado y acabemos saliendo en las noticias.
13 de febrero de 2009
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3 comentarios:
Lo del flash me parece una idea cojonuda!!! tomo nota
Yo no soy muy macarra pero con las cosas como el papelito caído o el cenicero por la ventanilla, o la caca del perro, me sale "la otra" y sí, entonces sí me pongo chula, ¿o macarra?...
No se si dí buen o mal ejemplo un día a mis retoños. Unos niñatos de 10-12 años estaban haciendo una pintada en mi barrio, pasamos a su lado los 3 de la mano y digo "muy bien, lo estais dejando muy bien", ahí salió la chulita del barrio, irónica ella, y en este caso ninguno me hizo afrenta, pero luego reconocí que "quizás" tenía que haberme callado porque si se meten conmigo (eran 5 o 6) y yo sola con 2 enanos, "quizás" la historia hubiese acabado de otra forma. ¿miedo a unos niñatos? .... está claro que ni lo pensé pero hoy en día pasan muchas cosas por desgracia.
bss
Todos hemos sido adolescentes y hemos hecho cosas de las que nos hemos arrepentido. Ahora nos juntamos los amigos de siempre y algunas veces nos dan ganas de ir casa por casa pidiendo perdón a los que tenían ventanas bajo las cuales cantábamos (bien, eso es cierto) guitarra en mano más de uno y de dos sábados de madrugada. En fin, supongo que si ahora me ocurriera bajaría con mucha educación a pedirles que cambiaran de ubicación, que hay que descansar etc. En nuestro caso nos hubiera bastado para cambiarnos de sitio.
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