El otro día un amigo me preguntó si me había gastado ya los 2.500 euros, que para no ser oportunistas diremos, nos da el gobierno por la llegada de un pequeño a casa. Como no hemos realizado gasto alguno cuantificable ni aplicable a esa cantidad en concreto, me invitó a hacer cuentas. El precio medio del pañal (los que compras más baratos por los más caros) es de unos 30 céntimos de euro. Un niño puede estar usándolos hasta los dos años, lo que supone un total de 1.300 euros arriba euro abajo. Ya tenemos invertidos buena parte de esos 2.500. El pequeño empezará la escuela el año que viene, con lo que con esa cifra dada por el gobierno habremos pagado sus pañales y dos o tres mensualidades de la escuela. Claro, que si quiero acabar las cuentas antes puedo incluir gastos de farmacia (la leche es bastante cara, unos 10 euros a la semana), o la ropa (aunque la mayoría es regalada). Y si hubieramos tenido, como otros, que recurrir a ayudas remuneradas o escolarización inmediata, las cifras serían ridículas, porque antes de que te quieras dar cuenta hubieran volado los euros gubernamentales. Así que, buena parte de que esa ayuda podamos fingir que se prolonga no la tiene Zapatero, sino los abuelos. Así que, esos "dos quini" unos dirán que es poco, otros dirán que es mucho, el caso es que 2.500 euros son lo que son, y uno está mejor después de tenerlos que antes.
16 de febrero de 2009
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4 comentarios:
¡bienvenidos son! que gastos haberlos hailos, y muchos...
y uno está mejor después de tenerlos que antes.
Pués claro! y si fueran más... mejor. PAQUITA
y uno está mejor después de tenerlos que antes.
Pués claro! y si fueran más... mejor. PAQUITA
Mejor estás con ellos, pero vamos, pasan desapercibidos, porque si no te hubieran preguntado y tu te hubieras puesto con la calculadora, ni te enteras
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