El trastero es un lugar peligroso. Intencionadamente peligroso. Angosto. Oscuro. Silencioso. Húmedo. ¡¡¡ Sin cobertura !!! No deberían llamarlo trastero sino escenario de película de miedo. Para los chulitos más. Quizá por eso nos cuesta tanto bajar. He aprovechado mi período de Rodríguez para hacer una limpieza. Primer objetivo: libros leídos. Hablé con mis compañeros de almacén para que me dieran una caja. Si la vas a llenar de libros, me advirtió uno, que no sea muy grande. Pero yo soy un chulito y llevo medio año yendo al gimnasio. Además, los libros ya estaban en una caja que en su día bajé ¿por qué no iba a poder subirla? No vas a poder moverla, sentenció sabio. Bajé con mi caja, la abrí correctamente en el trastero y la llené de libros, orgulloso de mis años de tetris porque logré meterlos todos. Ahí empezó el desastre. Para ser directos: no tuve cojones a moverla. La empujaba con todas mis fuerzas y apenas si lograba deslizarla unos centímetros. Llegué a plantearme quemarla allí mismo. Diez minutos tardé en sacarla al pasillo, que se me hizo angosto e interminable solo de imaginármelo a empujones de caja. Así que, ingenioso que soy, se me ocurrió subirla, ay que ver lo que pesa la cultura, a uno de esos tupper con ruedas inmensos para la ropa. Cuando la hube puesto, con el consiguiente pinzamiento lumbar, me limpié el sudor y disfruté del resultado de mi ingenio. Soy un tipo listo, me decía mientras pasaba el dorso de la mano por la frente. Comencé a moverla con cautela cuando algo salió disparado. Una de las ruedas, demasiado peso. No importa, me dije, vamos torcidos, ya tengo experiencia con los carros de los súper. Pero otra rueda siguió el mismo camino y se estampó contra la pared. Triste final para un objeto que había cambiado el rumbo del ser humano. Así que hube de bajarla de nuevo. Media hora después, cuatro metros de cinta adhesiva para reforzarla y poder dejarla caer en las escaleras, estaba en el portal ¿Te ayudo? se ofreció al verme resoplar un vecino. No, tranquilo, contuve la respiración, ya puedo yo, si me abres la puerta...Ni por asomo quise imaginarme que por un casual mientras me ayudaba se abriera la caja y El amante bilingüe le seccionara un tendón. Como si fuera una pesada pelota cuadrada a la que con cada vuelta debía hacerle un adesiva revisión, llegué a la calle. El coche estaba cerca, solo debía cruzar un paso de cebra. ¿100 km de paso de cebra? Eso me pareció. Y también al coche que esperaba. Estuvo en un tris, lo sé, de bajarse y ayudarme, pero debió parecerle gracioso ver a un tipo de 1,90 y 100 kilos dando vueltecitas interminables a una caja. Invoqué al espíritu de Perurena para subirla al maletero y lo cerré con la esperanza de que nadie más me hubiera visto. Ya en su destino, busqué cuatro pequeñas cajas y sin salir del coche, coloqué en convenientes y saludables packs toda la cultura del mundo. El ibuprofeno hizo el resto.
1 de septiembre de 2010
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7 comentarios:
¿El espíritu de Perurena? Iñaki sigue vivo, y de entrenador de su hijo Inaxio, que lleva camino de batir su record; con 25 años que tiene, ya ha levantado 300 kilos. Iñaki quedó en 320 con las dos manos y 267 con una.
Por cierto, y contraraimente a la idea del aldeano animal que leventa piedras, Iñaki es un hombre culto que escribe (y publica) artículos en prensa y que ha hecho sus pinitos en la poesía...
Por cierto, el record absoluto lo tiene Mieltxo Saralegi, con 329 kilos.
Eso Ibuprofeno y mucha agua es la receta mágica del médico de mi pueblo...y andamos todos ..de aquella manera.
Cajas..libros...me suenaaaaaaa
¿ qué no desmonté el despacho y todos sus libros?,empecé con una caja y terminé montando una cadena humana de traslado,después rechacé mi idea inicial de quemarlos y los volví a colocar..
De momento la mitad de las cosas que quité con la reforma ,no las he colocado y creo que nunca más.......pocos objetos.
ya sabes..tienes que volver al gym a ejerciatrte pero sobre todo ...mas cajas con menos peso "pa la otra"..
Mas besos!!
Coño, Andoni, sí que estás al tanto. Sé que está vivo, ha sido en realidad un guiño a mi infancia, porque aquel tipo me impresionaba, para mí era el más fuerte del mundo. Y sobre todo, porque creo que él lo hubiera hecho mejor que yo. Espero que en mi frase no trascendiera en absoluto desprecio hacia su capacidad intelectual. Espero.
Que no, hombre, que te había entendido bien y no me había sentado mal ni creo que le hubiera sentado mal a él mismo si hubiera leído el post. Simplemente recordaba quién es Iñaki porque me imagino que mucha gente que lea tu post no le conocerán en absoluto.
En cuanto a la espalda... cuidado en unos días, ibuprofeno, y sí, el papel pesa una barbaridad. Mi parienta curra en una imprenta, y sé lo que digo.
Andoni, pensar que mucha gente lee mi post es ya demasiado optimismo ;)
Pues yo sí te leo....después de un Agosto largo, ya ando por estos Lares. ¡¡Cuidate hermoso!! Bss con Diclofenaco o Naproxeno.
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