Desde mi ateísmo reflexivo nunca entendí que un católico creyera además en los fantasmas. Pero ahora lo veo como si el cielo fuera un departamento de Crédito y Dios el director. Las almas, en vida, tienen un Límite de Crédito Pecacional. Cuando a la muerte ha sido superado, esa alma queda retenida, convirtiéndose en un fantasma. De ahí que se diga eso de que tiene que pagar por sus pecados. Así Dios mandará bianualmente, aunque en la eternidad el concepto tiempo es muy ambiguo, un correo celestial a sus arcángeles con el informe de Almas Retenidas. Os recuerdo, apostillaría, que no se pueden tener almas a más de tres cientos años. Así los fantasmas más recalcitrantes no son más que despistes de los arcángeles. Estos tendrán que ir haciendo balance de qué almas liberar y cuales no, e incluso aquellas que quedarán definitivamente bloqueadas en lo que los humanos llamamos infierno. Así San Pedro, a las puertas del cielo, podrá recibir reclamaciones. Pero verán, les dirá a las almas todavía retenidas, yo no soy más que el portero, tienen que hablar con su arcángel, ellos son los que gestionan las almas retenidas. Pase, señora, ya era hora, que llevaba usted cuatrocientos años penando, este San Gabriel es de un despistado. Ahora lo entiendo todo.
14 de septiembre de 2010
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1 comentario:
Ayyyyyyyyyy miedo me da esta reflexión tuya..límite pecacional...
¿Tú no reflexionaras para saber como va dicho límite antes de entrar por la puerta..?jooo, yo es que he dicho que más de 100 años que será la media de vida a "no res"pero si se me vala mano o la intención y peco más ..me veo porqre aqui mucho tiempo...
En fin mira a ver si nos adelantas algo sobre ello para dejarme más tranquilita!
Besos!!y BON DIA!!! y grancias por poner sonrisas eso, si divinas
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