UGT acaba de dar el paso definitivo en la solicitud de huelga: en una demostración de que la imaginación no tiene límites ha pedido a los abuelos que el día de la huelga general no cuiden a sus nietos. Se me ocurren muchas más ideas de este tipo. Por ejemplo, que los dueños de los perros se olviden de ellos y la ciudad amanezca plagada de canes abandonados y de cagadas...bueno, eso ocurre cualquier día. Que los padres no cuiden a sus hijos y que estos vaguen por las calles desamparados mientras sus progenitores enarbolan una pancarta en alguna manifestación legítima. Que las madres recién paridas dejen de amamantar a sus polluelos y que un ejército de bebés hambrientos y plañideros remueva la conciencia de los gobernantes. Y ya puestos, podríamos pedirle a las gónadas que dejen de hacer su trabajo, que el riñón no cumpla los servicios mínimos y que el cerebro secunde la convocatoria, como el que más. Así los zurdos, (la izquierda se pondrá de huelga y la derecha no, claro) y tendrán que aprender a comer, atarse los zapatos, rascarse y escribir con su mano diestra. En definitiva, además de solicitar que los abuelos acudan a la huelga, deberían pedir, ya puestos, que éstos denuncien a sus hijos, hijas, nueros y nueras por tenerlos trabajando sin contrato y sin seguridad social ¡ a la carga con ellos, Manuel Pastrana ! Bastante será si una buena parte de los trabajadores de izquierdas os creemos y acudimos a la huelga. Pero, puestos a pedir, Manolo, puestos a pedir ¡no te faltan cojones!
17 de septiembre de 2010
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4 comentarios:
Bueno, sí, quizá le sobren cojones, pero le falte sensibilidad, empatía y hasta un poquito de inteligencia. Yo creo que lo que deberían hacer los sindicatos es dejarse de mirar el ombligo y su estómago agradecido para comenzar a hacer la que debería ser su labor: la defensa de los trabajadores y de los ciudadanos en general. Pero creo que igualmente los ciudadanos tienen ya que dejar de mirarse el ombligo y la pantalla de la caja tonta y salir a las putas calles a reivindicar que dejen de robarles. Y sin necesidad de sindicatos, partidos o quién sea que los convoque. Esta ofensiva criminal del fascismo económico y sus mamporreros políticos sólo acaba de empezar. En unos años estaremos trabajando 60 horas semanales por menos de 600 euros, no habrá prestaciones por desempleo, se habrán privatizado todos los servicios sociales básicos, nos jubilaremos -los que tengamos suerte de tener trabajo- a la edad que queramos, pues dejará de haber pensiones públicas... Nuestros hijos no merecen que les dejemos esta herencia. El 29, huelga y el resto de los días a patalear y a gritar muy algo los nombres de los terroristas socioeconómicos que cada vez son más dueños del mundo. Y, si es preciso y hay oportunidad, a patearles las espinillas y hasta zonas más pudendas.
Abrazos.
Como padre no puedo ser tan pesimista. Me resultaría insoportable. Pero tu relato es dolorosamente creible.
Como tú, creo que UGT ha metido la pata hasta el fondo con la propuesta.
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