Ayer me dio por pensar en nuestro insigne patrón, el de los madrileños: San Isidro Labrador. Resulta que tenemos de patrón a un tipo, labrador, para más señas, que cansado de trabajar decide tumbarse debajo de un árbol a echarse una siestecilla. Entonces dos angelotes van y le hacen el trabajo. Que no seré yo quien venga a decir que tenemos de santo a un vago, porque lo que vengo es a ensalzar su figura. Porque no sólo elevó la siesta hasta convertirla y legitimarla como santa actividad, sino que descubrió y fue un adelantado de su época al hacer uso de las subcontratas, porque está claro que los ángeles estaban allí con un contrato, precario a todas luces, por obra y servicio y por una agencia temporal. Ahora sólo me queda determinar si la ETT que llevó a los angelotes estaba o no gestionada por el demonio, porque lo de Belcebú Power Line me suena bastante sospechoso.
16 de noviembre de 2010
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1 comentario:
Macho, te da por pensar unas cosas....
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