BAJORRELIEVE
A veces el pasado
vuelve,
repite un gesto
y ocupa con su aliento desteñido
la huera inconsistencia del presente.
Pero no desvanece la carencia.
Tan sólo es el espectro de un instante
que, habiendo ya entregado sus tañidos
al vértigo sin fondo del silencio,
regresa por tener cuentas pendientes.
A veces un instante duplicado
con pétrea precisión de etéreo azogue,
nos hace comprender que, tras rendirnos, el eco del ayer no es más que un golpe idéntico al del gélido cincel que sume en el mutismo a las estatuas.
A veces el pasado
vuelve,
repite un gesto
y ocupa con su aliento desteñido
la huera inconsistencia del presente.
Pero no desvanece la carencia.
Tan sólo es el espectro de un instante
que, habiendo ya entregado sus tañidos
al vértigo sin fondo del silencio,
regresa por tener cuentas pendientes.
A veces un instante duplicado
con pétrea precisión de etéreo azogue,
nos hace comprender que, tras rendirnos, el eco del ayer no es más que un golpe idéntico al del gélido cincel que sume en el mutismo a las estatuas.
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