13 de noviembre de 2010


ACADÉMICOS YEYÉS

Me cuentan que a la i griega,
quizá un poco embriagados,
la han bautizado “ye”
los reales académicos
de la lengua española;
estos que en otros tiempos
fijaban, aseaban,
y daban esplendor
a nuestro hermoso idioma,
y que hoy, tal vez movidos
por la estulta narcosis
que suelen infundir
el tedio y la poltrona,
se ocupan, botarates,
en ir edificando
babeles sin sentido
a base de reformas
patéticas e inanes.
Y, hablando de babeles,
bautismos, griegos y otros
asuntos vaticanos,
me vienen a la mente
aquellas decadentes
y necias discusiones
que, allá en el siglo XV,
queriendo precisar
el sexo de los ángeles,
entre otros muchos, fueron
motivo destacado
para el fin de Bizancio;
e hilando con aquello
me digo consternado:
con la que está cayendo,
tifón de confusión,
ahogando la cultura,
qué vasta estupidez
que vengan tres yeyés
ociosos y aburridos
a cambiar la partida
de bautismo a las letras.
Y también me pregunto
si habrán pensado ya
en crear un sillón
para honrar a la “ye”,
y en si, para ocuparlo,
sería condición
que el excelso académico
elegido al efecto,
debiera acudir siempre
a la Real Academia
con barba y desgreñado,
vistiendo pantalón
tejano de campana
y camisa de flores,
y ser ya su chico yeyé,
y ser ya su chico yeyé,
y ser ya su chico yeyé,
yeyé eeé eeé eeé,
yeyé eeé eeé eeé,
yeyé eeé eeé eeé,
ye e ye.

No hay comentarios: