REFLANERO

Hoy hace un frío que se sale de padre. Así que cuando el despertador ha tirado de mi manta china me he sentido engañado como un zamorano. Otro día que me toca trabajar como un gitano, porque mi hipoteca es de las que no se la salta un negro. No voy a decir que he pasado más hambre que el perro de un San Benito, pero prefiero que no me cuelguen ese ciego. Así que cada Dios en su casa y uno en la de todos. Me he hecho el noruego con el sueño y para el trabajo, que está donde el caballo del malo perdió la gorra. Y se me hizo largo, porque mi coche es más lento que Cristo, tiene más años que Abundio y en el tráfico lo lógico es que te encuentres con más tontos que Matusalén. Y no dije nada, claro, porque para una vez que maté un perro me llamaron Santa Rita. No voy a decir que me guste trabajar más que a los peces de colores, pero pero tampoco soy tan tonto con el lápiz. Sin pasarse, eh, que tampoco soy tan listo como los ratones de fulano, así que menos Caperucitas don Lobo. Pero claro, si Dios no va al mazo, Mahoma tendrá que ir dando, porque la virgencita rogando se pasó las de Caín. Pero vamos, no te lo crees ni yo, que aunque no tengo pipas en la lengua, no me quedan pelos para tirar cohetes. Y ya se sabe el que mucho aprieta es un fantasma, porque ni chicha ni ombligo, que lo que no hay que hacer es mirarse la limonada. Que a lo visto, aunque veo menos que un santo, Pepe leches tenía razón, y ya veremos dijo el alfiler, que no cabía, hay que darle leña al diablo que no es de goma, porque el mono viene cargado y porque está claro que el orden de los productos sí que altera el factor...