Al parecer los hijos estamos condenados a repetir los errores de los padres. No hay forma de evitarlo. Es como el ciclo de la vida. El agua que nace en la montaña y muere en el mar. Ya puedes poner canalizaciones, puentes, presas, que al final tenderá a buscar el mar. Pues así ocurre con padres e hijos. Me di cuenta el domingo, en el desayuno. Estábamos disfrutando de las viandas y del presumiblemente poco aire fresco que le quedaba al día, cuando nuestro hijo pequeño empezó a toser. Era una tos seca, una reacción, una respuesta evidente a algo que estaba atacando a su garganta. Nos asustamos un poco, como no podía ser de otro modo. Aunque de la cautela pasamos a la risa. Labios renegridos por el chocolate, cuchara delatora en la mano. Cada vez que tosía, ya entre risas, exhalaba un polvo marrón e inconfundible. Sí, mi hijo está repitiendo mis errores. Mi hijo también se come el colacao a cucharadas.
2 comentarios:
Será un error, pero, ummmmmmm, qué rico.
Abrazos.
ja,ja,ja,....cuando saco el colacao para echárselo a la leche, a la q me descuido meten mano con cuchara incorporada dentro del tarro y a la boca directamente....¡este H es la Leche..con colacao! Besos.
Publicar un comentario