NO A LA LIDIA SI A LOS TOROS

Es obligado hablar de ello. Un parlamento democrático ha decidido prohibir una actividad porque va en contra de los principios morales e incluso de otras leyes vigentes (maltrato de animales). Y ahora se va a desatar la batalla demagógica de unos y otros. Aquellos que están a favor de que siga la mal llamada fiesta nacional esgrimirán todas aquellas actividades legales en las que se maltratan a los animales. Y mi pregunta es sencilla ¿tienen los toros la culpa de como se fabrica el foi? Pues si toro y oca no tienen que ver, no los relacionemos. Y si te preocupa el destino de las ocas, haz algo. Y los adictos a los nubarrones rompe patrias dirán sandeces como que algún día se prohibirá el chorizo o la caza. Pues no, pero ya hace tiempo que se regulan. Los toros nunca me han quitado el sueño. Lo que ocurre es que con la edad me he vuelto más antitaurino, por pura lógica. Por muy lírica que sea esta actividad (marginal), por muchos poetas que cantaran la mística de las cinco de la tarde, por muchos pintores que plasmaran la esencia de un pueblo desde la arena de un cosío, no deja de ser el maltrato de un animal con el único fin del divertimento de los humanos. No hay más.
No entiendo a aquellos que para defender la fiesta intentan minimizar los daños al animal o argumentan su buena vida hasta que entra en la plaza. Hay que llamar a las cosas por su nombre: es cruel y asesino (el toro muere). O la tradición. Durante siglos se han ido prohibiendo centenares de tradiciones, y de no ser así Rouco Varela debería emigrar a sudamérica no fuera que a los romanos les diera por retomar el circo de los leones.
No digo que vaya a ser fácil. Prohibir nunca es popular. Pero creo que es bueno, es bueno porque ya era hora de que nos fuéramos planteando la fiesta del toro. Sin prisa, pero sin pausa. Maduremos como nación.