21 de noviembre de 2009



A Vivian
La curva de tu espalda marca el norte
a un sur plácido y fértil de humedales
donde ha de ser mi boca fiel consorte
del oasis de tus labios connubiales.

La curva de tu espalda, el pasaporte
que lleva a esos espasmos cardinales
que empujan a saltar como un resorte
mi sed en marejadas seminales.

La curva de tu espalda, agreste Averno,
portal hasta la flor de un inframundo
tan lúbrico, excitante, abierto y tierno,

tan cálido, ancángélico y profundoque,
aun no portando el ala de lo eterno,
me eleva, hasta la gloria, inverecundo.

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