4 de noviembre de 2009

NOVELAS ETERNAS


Las novelas se me hacen eternas. Y no por qué sean peores que las que devoraba en dos mordiscos hace un lustro. He perdido la rutina. Era LTP, ya sabéis lo que me gustan las siglas: un Lector de Transporte Público. Dos horas al día de traqueteo daban para muchos párrafos. Llegó el primer niño y, curiosamente y sin tener nada que ver, un nuevo trabajo sin metro que me obliga a usar el coche. Aun así había resquicios, momentos de relax y descanso en los que la literatura pasiva (así denomino yo la lectura) se abría hueco. Luego llegó el hermano pequeño y ya no hay resquicio alguno. Ahora las novelas me pueden durar meses. Las elijo a conciencia sin demasiada complejidad precisamente por eso. Y tiene un lado bueno, pasas tanto tiempo con tus personajes que llegan a desdoblarse por encima de la propia voluntad del novelista, pasan tantas horas a tu lado en la mesita de noche, en el maletín del ordenador, en el bolso, que saben más de ti que tu propia pareja. Algunas veces me da la impresión de que se cuelan por entre las páginas y se sientan a mi lado, mientras ceno. Oye, traes mala cara, ¿mal día en el trabajo? Pues mejor que no hables tú, porque me da la impresión de que en las dos próximas hojas te va a dejar tu mujer. No me lo recuerdes, anda, no me lo recuerdes. Eso, y vuelve a la novela, no vaya a ser que me de por leer y te lo pierdas. Uf, pues sí que sería una lástima, porque con las pocas visitas que nos haces...Casi prefiero que eso no ocurra, porque me imagino a los protagonistas de las novelas pendientes saliendo por las noches a manifestarse: ¡ queremos ser leídos ! ¡ queremos ser leídos ! A todo esto, me quedan diez hojitas nada más de cuatro amigos, la recomendable y sencillísima novela de David Trueba (el que tiene un hermano con un Oscar), en dos semanitas me la zampo, no vaya a ser que venga Solo (El protagonista) a darme dos mandobles impacientes.

4 comentarios:

dafne dijo...

Hay que leerrrrrrrrrr que si no...los personajes de los libros se largan de aburrimiento y nos quedaremos sin historias alternativas a las nuestras....

besos

Elena dijo...

Esto de leer es como picar comida, ¡oye! que cuando una empieza no ve el final....por ende cuando llevas un tiempo desenganchada...ufff, cuesta empezar, cuesta.. ahí ando yo ahora..

Jésvel dijo...

Yo fui oyente (o escuchante, según) de radio mientras tenía que ir a trabajar en coche. Luego, no encuentro tiempo para la radio ?

En cuanto a la lectura, acababa cansado cuando acostaba a mis hijos, así que cambié la tele por los libros y en esa rutina sigo, aunque, desgraciadamente, ahora sin hijos a los que acostar...

Itziar dijo...

Desconectar de un duro día y sumegirte en una historia que está a años luz de tu piel. Sólo por eso, merece la pena leer.