SONETO SIN ESTRAMBOTE
“Yo os quiero confesar, don Juan, primero, que aquel blanco y carmín de doña Elvira no tiene de ella más, si bien se mira, que el haberle costado su dinero.”
Lupercio (o Bartolomé) Leonardo de Argensola.
Recito, de pasión loco, un soneto,
Clamando enardecido que te adoro,
Que ansío respirar, ahogado, el oro
Que fulge en tus cabellos; del coqueto
Claror de tus pupilas ser objeto,
Lamer tu vientre prieto poro a poro,
Tus pechos como lunas, para a coro,
Gemir, aullar, de gozo a ti sujeto.
Me dices “son lentillas, llevo faja,
Las lunas de tu sed llevan relleno,
Y no siempre el orgasmo alcanzo pleno…”
"Eso no importa -digo-, pero, maja,
Es que esto es ya lo más: ¡RUUUUUUBIA DE BOTE!
Acabas de joderme el estrambote.”
“Yo os quiero confesar, don Juan, primero, que aquel blanco y carmín de doña Elvira no tiene de ella más, si bien se mira, que el haberle costado su dinero.”
Lupercio (o Bartolomé) Leonardo de Argensola.
Recito, de pasión loco, un soneto,
Clamando enardecido que te adoro,
Que ansío respirar, ahogado, el oro
Que fulge en tus cabellos; del coqueto
Claror de tus pupilas ser objeto,
Lamer tu vientre prieto poro a poro,
Tus pechos como lunas, para a coro,
Gemir, aullar, de gozo a ti sujeto.
Me dices “son lentillas, llevo faja,
Las lunas de tu sed llevan relleno,
Y no siempre el orgasmo alcanzo pleno…”
"Eso no importa -digo-, pero, maja,
Es que esto es ya lo más: ¡RUUUUUUBIA DE BOTE!
Acabas de joderme el estrambote.”
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