14 de octubre de 2010

33 OMAIRAS

Mientras hay vida hay esperanza. Si 33 personas hubieran muerto en un accidente en una mina, la marea mediática se hubiera centrado durante días en la catástrofe. Después otro accidente mediático rompería el protagonismo y quizá algún familiar en el aniversario de la muerte de su ser querido volvería a la palestra. En cambio, saber que pueden morir nos agarra de los huevos. Queremos que salgan, y nos emociona cuando se abrazan a sus familiares, que han pasado un calvario que ahora es un dulce recuerdo. Porque esperanza viene de esperar, mientras se espera hay esperanza. Bien está lo que bien acaba. Están vivos, con sus familias, haya costado lo que haya costado. Quizá con un infintésima, pero en prevención, de los medios que se han empleado para salvar a estos 33 valientes hubiera bastado para evitar que se quedaran enterrados. Bien está lo que bien acaba. Este suceso me trae a la memoria la primera muerte en directo que presencié. Fue el nacer, al menos para mí, de las muertes retransmitidas. Recuerdo cuando Omaira maduró un siglo en apenas unas horas de barro. Y yo también. Éramos de la misma edad y cogía la mano (de primer mundo) a mi madre y le preguntaba ¿cómo podemos llegar a la luna y no ser capaces de sacar a una niña del barro? No sé que sentir, porque no recuerdo si quiera cuantos muertos hubo en el Nevado Rúiz. Omaira esperó, pero no hubo esperanza. Cuando hay un terremoto lo que nos emociona son los vivos que salen tras días de sepulturas forzosas. Porque bien está lo que bien acaba...No se me ocurre otro final a este caos de pensamientos que el de la película Salvar al soldado Ryan:

Que uno de los mineros le pregunte a su nieta, dentro de 50 años, ¿fui buena persona?

2 comentarios:

Dafne dijo...

Yo también ví esa muerte en directo...tampoco comprendí como era que no la podiamos salvar,al ver su imagen he vuelta a recordar lo terrible que era escucharla y saber que no había esperanza.

Besos

Elena dijo...

Con cada minero abrazando a un amigo, a su mujer, ... yo he llorado. Con Omaira recuerdo desear que saliera de ahí, solo era agua y barro... y no, está claro que había más ahí abajo. Estar a 700m 70días es muy fuerte, estar enterrado en vida, mantener la calma??, XD...¡habéis vuelto a la vida de aquí arriba!, felicidades a todos!!