27 de octubre de 2010

DRAGÓPOLLAS


Es imbécil. Gilipollas. Pedante. Prepotente. Mal escritor. Maleducado y facha. Todo eso ya lo opinábamos muchos. De momento, para suerte de la justicia, que se colapsaría, ser un idiota pedante no es delito. Pero, al parecer, ahora es un pederasta orgulloso. Y digo orgulloso porque su único problema con el sexo con niñas es si ha prescrito o no. Para él aquellas dos putitas de trece años a las que se folló a finales de los sesenta, siempre según su propia confesión literaria, eran unas delincuentes.
Seguramente ahora hablaremos de literatura, de que se ha sacado de contexto, de la fantasía del autor. Sí, lo tenemos claro, porque ya ha manifestado que a él, lo que le gusta, son las de quince años. Yo, de momento, si se acerca a mis hijos, por casualidades de la vida, a menos de cinco metros le calzo dos guantazos que se le quitan las ganas de escribir soplapolleces. Y después, hablaremos de literatura, si quiere.
No sé que es lo que más me molesta, que lo cuente, que se jacte de que no sea delito porque ha pasado mucho tiempo, que diga ahora que es mentira, que trabaje en una televisión pública y sus desmanes se los paguemos los madrileños o que piense que las mujeres van de putitas "porque visten como zorras, con labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda..." En realidad me jode todo. Y haré lo único que se me ocurre, jamás, jamás, comprarme o regalar un libro suyo. Y que se folle a un pez, que de momento, tampoco es delito.

3 comentarios:

Dudu dijo...

Amén.
De mi bolsillo jamás saldrá un euro que le financie. Y lo de Telemadrid porque no está en mi mano, pero apoyo al 100% la carta del Comité de Empresa de Telemadrid que reproduzco en mi blog.

Dudu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dudu dijo...
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