26 de abril de 2013

WHATSAPP

Es una verdadera invasión. Ya lo fueron los móviles en general. La capacidad de mover la señal hizo del aparatito de marras un objeto invasor. Antes, el teléfono fijo era medianamente educado. Si llamabas a una casa a deshora podían tildarte de maleducado ¿Has escuchado alguna vez a alguien coger un móvil y decir estas no son horas de llamar? El móvil, que nos trajo la capacidad de conocer previamente quien nos llama y que nos permite silenciar el timbre, es quien debe decidir. Si le dices eso la otra persona te contestará, no lo cojas o ponlo en silencio. Pues el dichoso whatsapp es la vuelta de tuerca definitiva. En Londres este verano presencié una escena que me heló la sangre, llamadme melodramático, pero así fue. Un Sturbacks, una pareja que rondaba los veintipocos. Sentados en el sofá. Muy junitos. Era evidente que entre ellos había una relación romántica. Pues estuvieron más de 20 minutos cada uno guasapeando desde su móvil. Ella era una rubia preciosa y él un joven moreno muy apuesto ¿de verdad que al otro lado de la realidad había algo más interesante que hacer?¿durante 20 minutos? No responder un whatsapp al instante puede ser señal de alarma ¿Policía? Mi amiga está mal, muy mal ¿Qué le ha ocurrido?¿violencia de género?¿un secuestro?¿violanción?...no, le he mandado un whatsapp hace media hora ¡y todavía no me ha contestado! ha pasado algo, lo sé. Y da igual que seas culto, limpio, sucio, alto, feo, gordo, formado, inculto...si tienes el dichosito programa, en el preciso instante en el que llega el sonidito, se consulta. Bien, puede que no se responda, en según que casos y personas, pero que se presente aquí el guapito de cara que sabe que tiene un whatsapp y que no le echa un vistazo para ver quién y qué. Yo, mientras pueda, mantendré mi profilaxis tecnológica. Y eso me está haciendo perder vida social. Porque nadie responde a mis sms (es que cuestan dinero) ni apenas se escriben emails. Soy un desfasado ¿Quién me lo iba a decir? yo un nostálgico del pasado tecnológico. Lo que me queda por ver.

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