18 de abril de 2013

LOS FUNCIONARIOS Y LOS DETALLES

Tengo familiares y amigos que son funcionarios. Y no hablo de personas con las que tenga contacto de vez en cuando, hablo de hermanos, cuñados y muy buenos amigos. Todos ellos, sin excepción, son grandes profesionales, tienen un alto concepto de lo público, de su deber y de lo que deben hacer en su trabajo. Son personas que no escatiman esfuerzos, que cumplen sus horarios con creces, que incluso se llevan trabajo a casa o acuden a su puesto en días que no les corresponden por necesidades urgentes. Es más, son personas que se encienden cuando ven el escaqueo de otros compañeros. He hablado con otras muchas personas sobre los funcionarios de su entorno, y en el 100% de los casos la opinión es la misma: todo funcionario que conozcan bien trabaja y está comprometido con su tarea y su desempeño. Entonces, si la imagen que de ellos tenemos cuando realmente les conocemos, cuando sabemos de primera mano sus quehaceres, sus quitas, sus inquietudes, es tan buena, ¿por qué es tan mala la prensa general que del funcionariado tenemos? Una vez más por los detalles. Basta con que acudas a Hacienda un día y no te atiendan pronto porque están tomándose un café, que habrán dado igual las otras cincuenta veces que acudieras y fueras atendido con prestanza y solicitud. Dirás ¡ qué bien viven los funcionarios! Y también gracias a personajes como el Cónsul español en Bostón. El día del atentado cerró el Consulado y su único argumento para hacerlo fue que era la hora del cierre. Eso es no tener los pies en tu responsabilidad, es tener la cabeza en otros asuntos. Gracias a personajes como estos, por cierto y por suerte, destituído de su cargo, es casi imposible revertir la mala prensa del funcionario. Y me jode, la verdad. Ahora, y volviendo al perrerismo consular, es cierto que este cónsul llegó a su puesto gracias al dedo socialista, me pregunto cuanta presteza hubiera tenido el gobierno si el cónsul hubiera salido de las huestes de Génova. Pero yo me hago preguntas muy raras a veces.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Generalizar siempre lleva a errores, pero yo también en mi entorno cercano de familiares y muy buenos amigos funcionarios, veo los detalles de los que hablas, y que luego hacen que tengamos la imagen que tenemos ...

Caso 1: un funcionario cuya hora de entrada a trabajar siempre había sido las 8h, desde el momento que empezó a trabajar hará unos 20 años (aprox.). Por sistema, esta persona acudía a su puesto de trabajo a las 9h (durante los correspondientes 20 años aproximados ...). En el momento que pusieron tornos con control de entrada y salida en su trabajo, se subía por las paredes despotricando por "tener que ir una hora antes!!".

Caso 2: funcionarios que sistemáticamente todos los viernes hacen 4h extras, de 14h, que es su hora de salida, a 18h. Estas cuatro horas las pasan todos los compañeros de su departamento (o como se llame su organización) comiendo y tomando cañas todos juntos.
Estas personas que yo conozco presumen de esto y se ríen de "sus 4 horas de trabajo extra cada semana". Eso sí, no dejan de quejarse y despotricar cuando han perdido su paga extra de Navidad, mientras que se llevan mensualmente otra paga extra a costa de todos los demás ...

Por eso, no es muy acertado hablar de "los funcionarios", y sí matizar lo que hacen unos y lo que hacen otros.
El tema da para largo.

Un saludo!