29 de abril de 2013

EL PLAN B

Digamos que tu tienes un problema A. Estás seguro de que el plan B será perfecto para lograr el resultado C. Lo pones en marcha. Los primeros indicios son malos. No hay C, sino -10C como resultado. Como sabes que las cosas de palacio van despacio entiendes que hay que dar un margen a tu estrategia. Pero pasan los meses y el resultado empeora: -100C. Aun así sigues en tus trece, convencido de que terminarás llegado a la "c" mayúscula. Y así se lo dices a todo el mundo, aunque sea por videoconferencia. Pasa incluso un año, y el resultado es cada vez peor: -200C. Un año y medio después el fracaso es evidente: -1.000C. El problema A es cada vez más grande. A poco que tengas dos dedos de frente te bajarás de la burra y aceptarás, aunque sea a regañadientes, que tu plan no ha funcionado y buscarás alternativas. Si no lo haces puede ser por dos razones: una, porque eres tonto del ...(a elección del lector) y no te das cuenta de lo evidente. O dos, porque a tí (y a tus amigos) sí que les está funcionando el plan B, porque en realidad no buscaba el resultado C, sino el X. Pues ahí creo que está situado el gobierno de Rajoy. Creo que su plan de gobierno no busca el resultado que nos vendió cuando ganó las elecciones. Y si se llegaba a su programa electoral era por inercia, un beneficio colateral nada más. Creo que él y su entorno está sacando rédito, mucho, de estas circunstancias, cuanto más fracaso tenga su plan A mejores X debe haber en alguna cuenta suiza. De no ser así tendríamos que volver al punto primero, y es que se trata de un soberano idiota, y demos a soberano los dos sentidos más comunes. Que Rajoy diga, visto lo visto, que no va a mover un ápice de su política económica, demuestra una nula empatía con el sufridor votante, que muy probablente (en un 1/4) estará en paro. Bastaría con que hiciera lo que ha hecho en otras muchas ocasiones: mentir. Sí, mentirnos una vez más o esconder la verdad, y decir que se hará lo que sea necesario para mejora la situación. Aunque no sea veradad. Pero aparecer con la que está cayendo y decir que va a seguir haciendo lo mismo, es de una sobervia que, tarde o temprano, les va a pasar factura, y a poco que se tuerzan las cosas, en lo personal. Lo que ha ocurrido en Italia con un desesperado obrero en paro es la punta del Iceberg. A los que van en el Titanic más le valía tomar nota. Si no es por solidaridad, palabra que no les debe sonar mucho, por instinto de supervivencia.

Nota: Caricatura de Leandro Barea.

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