Hay días como que las cosas simples se tuercen. Ayer tuvimos que dejar el coche aparcado lejos, eso supone paseito con las mochilas del cole, con las pocas ganas que quedan a última hora y sobre todo que papi se tendrá que dar un poco más de prisa por la mañana. Porque llevo mis tiempos como los Fórmula 1. Preparo o pienso la ropa por la noche, para no perder tiempo, pero no encontraba la chaqueta, así que para no despertar a la familia, el azar decide. Así que la mañana empezó corriendo. Con el coche intenté salir marcha atrás para no dar tanta vuelta, pero no os imagináis el tráfico de mi barrio a las 6,45. Paseito turístico por el Carabanchel preamanecido. Llego a por la prensa. Delante veo una fila de coches detenida. Un camión descargando un contenedor. Mientras doy los buenos días al quioskero, pienso en alternativas para no tener que esperar. Soy hombre, así que hice el 66% de lo que tenía previsto. Pagué, me despedí y con un camino alternativo en la cabeza me fui con el coche. Otra vueltecita por el barrio. Otras obras. Un camión más, éste de la basura, y ya enfilo el camino de siempre. La chaqueta elegida por el azar es demasiado gorda. Me estoy achicharrando. En un semáforo me la quito. Soy grande. Tengo que salirme. Cuando estoy en ello me doy cuenta de que el móvil está en el bolsillo. El semáforo se pone en verde. Me lo guardo en el pantalón. Detrás pitan. Tiro la chaqueta, me meto, reanudo la marcha, pero ya es tarde, los cuatro coches que nos precedían han pasado en verde, nosotros no. Mi sucesor me mira con mala cara. Sonrío. Sin mas incidencias reseñables llego a la zona de trabajo. En el último semáforo echo un vistazo al periódico. Vaya, la contraportada de EL País ha cambiado. Miro la portada. Leñe, ¿la portada también? Entonces caigo en la cuenta, soy hombre y no puedo hacer tres cosas a la vez (hablar, comprar y planificar) así que me he confundido y sobre el maletín descansa El Mundo. Frustración tremenda, como dicen le pasan a los muertos que ven su vida pasar, delante de mis ojos veo El Roto, el chiste de Forges, el artículo de Rosa Montero, las cartas al director...Pero el que la hace la paga, así que por estas que me lo leo. Lo dicho, hay días que las cosas se tuercen y...
6 de abril de 2011
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4 comentarios:
Bueno, mira la parte positiva; por tu mala cabeza has pasado a ser de dueño de El País a amo de El Mundo.
Abrazos.
¡muy bueno Exodo!...pues nada Larrey, un poquitín de mas atención mañana cuando compres la prensa y ya está....bss
jajjaja....y además que estres Larrey y todo eso antes de almorzar...
A mi me pasa igual, todo lo tengo planificado y si por las cosas de la vida... me dan ganas de cagar antes de salir de casa... arrastro todo el día los díez minutos correspondientes....
¿Qué relación habrá entre cagar y que hayas comprado EL MUNDO?
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