ODISEA APÓCRIFA Fui yo aquel marinero que esperabas Y tú faro en la niebla, mi puerto, mi Penélope Tejiendo y destejiendo la distancia Con la esperanza incierta de que un día Supiese interpretar mi sed tus mapas. Que lástima que el viento y las corrientes Jamás se nos mostrasen favorables, Y al cabo haya quedado este poema En una amarga crónica de náufragos Ahogados frente a la Ítaca soñada. Qué largo fue el periplo en el desierto Para acabar varados en la nada.
9 de abril de 2011
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