24 de junio de 2008

LA MODERNIDAD

Uno tiene un coche moderno (sí, el P.U.T.O. coche), hace un esfuerzo económico que beneficia a un banco (como casi siempre) y que mensualmente le va sangrando. La primera semana y media la trabajo para el coche, el resto, para la casa. Y las cuatro se las lleva el banco. Y todo lo hace por seguridad. Es padre, carajo, ¿no merecen un esfuerzo?. Un coche moderno y fiable, mejor que uno de segunda mano, no queremos quedarnos con el (ahora los) peque en la carretera tirados. Algo de diseño también, que a la muchacha le gustan los coches bonitos. ¿Resultado?, un flamante alfa romeo 156 Distintive full equipe. No voy a repetir el historial de pequeñas incidencias que hemos tenido (y una grave). No, me voy a centrar en algo que tarde o temprano le ocurre a todos los coches y de lo que no puedo culpar a la marca: la batería se agota. Una semana aparcado, mientras cambio pañales y mocos lejos del trabajo el coche es un trasto olvidado. Cuando vuelvo a necesitarlo está muerto. Cachis, va para cuatro años, me digo, la batería, lógico. Llamo a la asistencia. Un amable macarrilla cuarentón que se empeña en llamarme señor Antonio me arranca el coche con una batería auxiliar. Déjele, señor Antonio, déjele que cargue el no sé que de la no sé cuantos y después apagamos y volvemos a arrancar. Siguiendo sus instrucciones fielmente el coche se empeña en hacernos una peineta a modo de ahora que arranque otra vez tu puta madre. Nada, señor Antonio, algo más hay por ahí. Bueno, pues arrácamenlo otra vez que lo cambiaremos de sitio. Ay, amigos, cuando vuelve a arrancar, empiezan a salir señales en el ordenador de abordo, tantas cosas iban mal, tantas siglas raras (abs, srd, EDO, epo...) que por un momento estuve a punto de bajarme del coche y gritarle al de la grúa ¡ al suelo, al suelo, va a explotar !. Odio ese pitidito del ordenador y el maldito "acuda al concesionario". No sé si en ese concesionario hay al típico y americano cartelito del trabajador del mes, pero si lo hubiera de clientes, ya me estarían llamando para pedirme la foto. Así que decido olvidarme del concesionario y vuelvo al taller de siempre. A todo esto con el coche subido en una grúa (por segunda vez en menos de cuatro años). Me llaman del taller y aparentemente no le pasa nada, la batería, se ha gastado y al arrancarlo se han desconfigurado todos los comandos. Genial, vamos, que el coche es tan moderno que si se acaba la batería se vuelve loco. Ayer miré precios de segunda mano, y porque no entramos la familia, que si no, un Seat Panda con elevalunas manual y limpiaparabrisas de monovelocidades.

5 comentarios:

ralero dijo...

¡Ah! donde se ponga un Gordini...

Abrazos.

Pedro dijo...

No conozco a nadie que le haya salido bien un Alfa Romeo.

Didac Valmón dijo...

Dice mi padre, yo de mecánico cero, que antes abrías el capó y encontrabas un motor con el que, más o menos, sabías enfrentarte. Ahora lo abres y el coche se escojona porque no sabes si aquello es la rueda de recambio o la tapa del delco. Y si encima se te desconfigura el resto...pues eso, a cascarla.

Zuzi dijo...

Mi hermana (que es una pija) tiene un golf y sólo por cambiar una rueda, ya tiene que ir al concesionario porque se le enciende una lucecita roja y no hay manera que se apague.

Besos

Anónimo dijo...

bienvenido al club!!!!!!!!
Esto me ha recordado a lo que le paso a mi madre hace menos de un año. Lo mismo, en el taller del barrio,le cambia la bateria y oh diosssssss todas las luces del cuadro de mandos se vuelve locas. Tras la visita al taller oficial, le reprograman. Sale del taller y al día siguiente, una nueva luz en el cuadro de mandos. El concesionario oficial , por supuesto , no se hace responsable,(Cuando salido de alli estaba bien). Se monta el pollo ,la luz deja de salir, y a los 2 días vuelve. Hoy mi madre cada vez que enciende el coche saluda a su "nueva" lucecita.

bea