Hijos de puta. Sí, con todas las letras. H I J O S D E P U T A. Y que me perdonen las putas, y los hijos de. Me suena todo a doloroso pasado, a imagen en blanco y negro, a puta nostalgia mal entendida. ¿Qué coño esperan? no, de verdad, vamos a dárselo y que nos dejen en paz estos pseudo guerrilleros de medio pelo y menos cojones. A ellos jamás los entenderé, pero puedo saber qué les pasa, que la vida de bandolero es linda y tiene cierto glamour. Y se trabaja poco. Basta con tener una reserva de escrúpulos bajo mínimos y algo de puntería para vivir con diez horas de trabajo. Claro, el esclavizado horario de una fábrica o una oficina, además de insufrible, tiene mucho menos glamour comparado con la vida del piso franco. Pero a los que jamás entenderé, ya vengan mil de ellos a esgrimirme sus peregrinas razones, es aquellos que sin apretar el gatillo mira para otro lado, como aceptando este peaje humano en busca de una idea. ¿Una idea? maldita la hora en que nació esa idea y quienes la defienden con la sangre. La sangre trae sangre. El odio trae odio. Y las naciones que nacen y crecen en ese lodo están marcadas para siempre. Mi pregunta no tiene respuesta. Porque ni ellos saben lo que buscan, porque me da la impresión de que no buscan nada, solo poder seguir viviendo del cuento, del trágico cuento del tiro en la nuca y la bomba lapa.
Hijos de puta...
2 comentarios:
No tengo otras palabras que las mismas... HIJOS DE PUTA
Estoy de acuerdo en que no buscan nada. Y pienso exactamente lo mismo. Es esa forma de vida, justificándola con una puta ideología lo que les atrae.
Es su negocio, su forma de ganarse la vida.
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