31 de agosto de 2009

EL TRAJE DE NOVIA


No consigue encontrarle el coño con tanta tela. Joder, menuda mierda de vestido, un pastón para esto, piensa ella. Él va levantando tela, y más tela, apartándola a un lado hasta que por fin llega con sus dedos al ansiado destino. No hace falta más, métemela. Está tan excitada que no va a haber juegos preliminares. Se recolocan medianamente hasta que, por detrás y sin demasiada dificultad, la polla entra en el coño; lenta y caliente. La coge de la cintura y empieza a moverse con ansiedad. Los dos tienen prisa por terminar, no pueden alargar demasiado el juego, no es conveniente. Intentan no gemir, por precaución, aunque es inútil, porque los sonidos de sus cuerpos acoplándose son más que evidentes. Ella se agarra a las paredes con la sensación de estar siendo, literalmente, partida por la mitad. Aprieta los dientes, baja la mirada, aprieta el culo rítmicamente contra las embestidas, buscando que la polla llegue hasta lo más profundo de su cuerpo. Con el equilibrio asegurado y en busca de un orgasmo rápido ella misma se acaricia el clítoris, y de vez en cuando le regala una caricia a la polla, que sigue entrando y saliendo con violencia. Con la ayuda de los dedos logra el orgasmo con tremenda facilidad. Me corro, me corro, se susurra a sí misma. Unas intensas contracciones y un leve tic en el ojo ponen fin a la fiesta. Por su parte, claro, porque él sigue el movimiento. Vamos, vamos, tienes que correrte. Saca fuerzas de donde no creía tenerlas para, pese al orgasmo, seguir abrazando la polla con su coño hasta que un gruñido y los dedos en la cintura, como clavos ardiendo, la avisan de que el fin de fiesta será en breve mutuo. Siente con claridad el orgasmo dentro de su cuerpo y como luego el caldo caliente chorrea ligeramente por la cara interna de su muslo. Dame un poco de papel, no puedo salir con la pierna llena de semen. Recuperan el aliento, la compostura y el traje. Se besan, casi por primera vez desde que entraran en el baño. Y se miran el uno al otro la ropa: aquí no ha pasado nada. Salgamos, y ojo, yo primero, que tu hermano me estará esperando para el brindis, ni siquiera ha salido aun la tarta.


1 comentario:

Caminante dijo...

Lo que son las prisas.
PAQUITA