9 de enero de 2013

DÍAS

Hace unas semanas mi hijo me dijo: Papá ¿yo cuantos días cumplo? Como anda ejercitando en el colegio las operaciones mentales, pues allá que estuvimos, entre semáforo y semáforo, haciendo un juego de cálculos. Si tuvieras dos años ¿cuántos días tendrías? Pues 730. Muy bien, entonces ¿si tuvieras cuatro? Pues 1.460. Ajá, así que, como tienes ocho...Pues tengo 2.920. El juego había terminado, digamos que había ganado y yo felicité su pericia matemática. Pero él siguió mirando por la ventanilla del coche. No parecía contento. Más bien al contrario, se me antojaron taciturnos sus ojos reflejando el anochecer de Madrid.
Hay anuncios que tienen la capacidad de calar mucho con muy poco. Algunos dejan una frase que trasciende más que el objeto anunciado. Otros aúnan ambas realidades. Puede que con mi hijo a nivel de marketing UNICEF pinchara en hueso, pero su idea le llegó a donde a mí me interesa que llegue: al corazón y a la cabeza por partes iguales. Cuando la ciudad disipó en cierto modo su tristeza volvió a mirarme. Papá, ¿sabes que hay niños que pasan tanta hambre que celebran los días en lugar de los cumpleaños? Sí, hijo, claro que lo sé.
La ciudad nos engullía con su rutina...

No hay comentarios: