6 de agosto de 2012

PISTORIUS PARA SOÑAR

Nuestro hijo, de siete años, sueña con jugar en la NBA. Por herencia de su padre su ídolo es un tal Michael Jordan. Nosotros, padres sensatos, en previsión de evitar un batacazo, tratamos de que tenga los pies en el suelo explicándole que muy poquitos son los elegidos, los que llegan de verdad a triunfar en el olimpo de la canasta. Tratamos de que entienda que no llegar no sería un fracaso si en el camino lo hubiera intentado con todas sus fuerzas. Ayer, escuchábamos en la radio como Pistorius participaba en las semifinales de los 400 metros en las olimpiadas. Pistorius es un atleta paraolímpico que se empeñó, pese a su doble amputación, en quitarle el prefijo a su denominación olímpica. Mi pareja me miró y me dijo ¿crees que Pistorius, cuando era niño y decía que soñaba con ir a las olimpiadas, tuvo unos padres que le dijeron que eso era casi imposible? Y me hizo pensar. Tal vez lo que necesite nuestro hijo no es un padre que le ponga los pies en la tierra, sino un progenitor que le diga, pues claro que sí, tú llegarás, por su puesto, y ahí estarán tus padres para llorar de emoción. Quizá lo que necesita es un padre que le invite a soñar. Al fin y al cabo sé que la vida es la que se empeña en poner los pies en la tierra. Y ahí estarán su padres. Para eso ya habrá tiempo, mientras tanto, que se preparen en el Draft, que ya va llegando Larrey Junior.  

No hay comentarios: