14 de agosto de 2012

NOS QUEMAMOS

España se quema. Y no es una metáfora sobre la situación económica, social y sobre todo política, y que me perdonen la franqueza los votantes del PP. Es como si los bosques se hubieran puesto en línea con el ciudadano medio, para mostrarnos que ellos están tan quemados como nosotros. Si no fuera porque la gran mayoría de los incendios son provocados. Cuando hay un interés económico de por medio me parece tan rastrero como insolidario e inhumano, me atrevería a decir. Pero aun así, visto lo visto, conociendo la codicia del ser humano en general y del español en particular, me resulta creíble, y sin compartirlo y estar a años luz de sus razones, lo entiendo. A esos habría que meterles en la cárcel y cortarles el agua de la celda, para que empaticen con su obra. En cambio, cuando la razón es otra, la de disfrutar de unos fuegos artificiales, la de ganar protagonismo o vaya usted a saber qué, es que no me hago sitio en mis entendederas para colocar a estos hijos de puta. Una casa, aun siendo una desgracia, un coche, un hospital, que se quema es un bien inmueble sustituible con dinero. Pero ¿un árbol? un arbol son años y años de trabajo innimitable, una obra maestra de la naturaleza que el ser humano jamás podrá imitar. Somos tontos como especie, siempre lo hemos sido, pero parece que últimamente, y sobre todo en verano, nos empeñáramos más en demostrarlo.

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