26 de septiembre de 2011

CINETERAPIA

Estamos moderadamente preocupados con la actitud de nuestro hijo mayor, que va camino de los siete años. Es un tipo grandón y bueno, al que le gusta huir del conflicto. No digo que ésta no sea una buena estrategia, sobre todo porque es la que él ha elegido, entre otras cosas porque su padre también es de los de más vale que digan aquí corrió un cobarde que aquí murió un valiente, verdad ésta más universal que el E=mc2. Pero cuando los conflictos tienen lugar en el patio del colegio, y el pegón es tu compañero, al que tienes que ver día tras día, pues correr siempre no es rentable. No le vamos a decir que pegue, ya le explicamos el curso pasado con los primeros conatos, que él tenía que encontrar la forma de defenderse (empujando, por ejemplo), pero tampoco queremos que sea un niño timorato al servicio del primer abusón que logre calarlo. No. Así, además del apoyo incondiconal que necesita su creciente ego, de las charlas comunes sobre el tema, decidí apoyarme en el cine. Me descargué (ups...) Regreso al futuro. Es cierto que se perdió gran parte de los matices de ciencia ficción que trae la película (yo tampoco sé lo que es un condensador de fluzo...) pero el mensaje fundamental llegó. Hicimos un pequeño cineforum terminada la película (de unos quince segundos) y a la pergunta de ¿por qué cambió la vida de los padres? respondió "porque le dio un puñetazo". Bueno, había que matizar, fue por no dejarse humillar más, por defender su persona frente al maltratador... sí, sí, debió pensar él, y por que le dio un mamporro. No sé que dirán los pedagógos de estas estrategias, pero nosotros queremos que nuestro hijo aprenda que vivir humillado no es rentable a largo plazo. Y, ya se sabe, en el amor y en la guerra...El daño colateral de todo esto es que ya he tenido que empezar a descargarme Regreso al futuro II...

1 comentario:

ELena dijo...

¡Bien hecho!..bss para mi chicote de ojos azules