3 de mayo de 2012

EDADES

Sé que lo que voy a decir podrá sonar un poco caduco, pero es lo que pienso. Creo que cada edad tiene una cosa y, sobre todo, cada cosa tiene una edad. El ser humano evoluciona, y debe hacerlo. Igual que no es lógico jugar con muñecas con treinta años no es bueno hacerlo con escopetas a los diez, y a las pruebas me remito. Bueno, quizá jugar con escopetas no tenga edad, pero esa es otra historia. El caso es que si no eres un poco rebelde a los quince no tiene sentido que lo seas a los cuarenta, y sobre todo no esperes serlo. Lo lógico es cuando el peso de la responsabilidad te cuelga de arriba tengas los pies más lejos del suelo y puedas fantasear, porque la rebeldía esconde algo de inconsciencia para tener sentido. Pero cuando la presión y la necesidad te aprieta por abajo, los pies hay que tenerlos bien pegaditos a la tierra. Los bancos lo saben muy bien. Eso no quiere decir que si eres adulto y tienes a tu cargo otras personas seas un sumiso, pero pensar por tres, o cuatro, o los que sean, obliga a una reflexión mayor. Así, por ejemplo, me recuerdo a mí mismo celebrado el gol de la Séptima, el gol que todo madridista había soñado durante más de treinta años, en la calle, canturreando canciones etílicas y futboleras. En cambio, el gol de Zidane me dejó en casa, feliz por la hermosura y por el logro, pero ya con otras cosas más importantes en la cabeza. Cuando veo a personas adultas enfundadas en sus aperos futboleros en la calle gritando como locos hasta altas horas de la madrugada por un logro deportivo, lo reconozco, no termino de entenderlo. Quizá ni lo respete. La moderación es el primer paso que da la empatía para asentarse en un adulto. Como adulto entiendo, y no me queda otra que aguantarlo, que hordas de niñatos con granos molesten al ciudadano medio con su falta de respeto. Es inherente a su edad. Pero un adulto con pelos en el desfiladero de pancorbo debería encontrar otros medios para dar rienda suelta a su alegría. Que, por otro lado, no debería ser tanta, basándonos en los hechos, un cuarentón del Madrid habrá visto ¿cuantas?¿decenas de ligas merengues?¿a qué tanta fiesta?

1 comentario:

Jésvel dijo...

Hay quien dice que si no lo haces de joven, lo haces de viejo...

De todas formas hay quien no madura y quien, al madurar, no tiene otra que decir aquello de "me estoy haciendo viejo".

Yo también creo que hay edades, lo malo es que de joven fui demasiado cauto... ¡menos mal que no me gusta el fútbol! :-)