14 de mayo de 2012

EL PEQUEÑO DOCTOR

Uno intenta educar a sus hijos bajo las premisas de unos valores elementales, entendiendo que su capacidad para asimilar las ideas es creciente y que no debe forzarse la máquina para que no tengan que entrar a roscachapa como creo, desde mi tan atea como humilde opinión, ocurre con el 100% de las creencias religiosas. Así tratas de que su forma de enfrentarse a los problemas sea desde el respeto a uno mismo proyectado hacia los demás. También es verdad que incluimos algunos valores que son universales desde nuestra subjetiva y partidista forma de ver la sociedad. Creemos en la vigencia de lo público y en la universalidad de la educación y la sanidad. Y eso, quieras o no ser imparcial, se transmite. Nuestro hijo pequeño tiene como uno de sus juguetes favoritos un maletín de médico. Va por ahí, maletín en mano, buscando enfermos a los que consolar con sus sabias manos. El domingo, nada más levantarse, apareció en nuestra habitación. Llevaba en una mano su inseparable maletín, pero en la otra, ante mi sorpresa, tirando por tierra años de educación, una caja registradora. Y maldije, mierda, ¡¡¡ me salió del PP!!!

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